Cada año, miles de mujeres jóvenes reciben un diagnóstico de cáncer que cambia su vida de golpe. Más allá de la lucha por la supervivencia, muchas se enfrentan a otra preocupación que pocos mencionan: la fertilidad. La quimioterapia y la radioterapia, tratamientos que salvan vidas, pueden dañar los ovarios y reducir drásticamente la posibilidad de tener hijos en el futuro.