Aunque muchos piensen que basta con evitar los postres para controlar la glucosa, la realidad es más compleja. El exceso de azúcar, incluido el oculto en alimentos cotidianos como el pan, los yogures de sabores, o las salsas, favorece la resistencia a la insulina, acelera el envejecimiento celular, y aumenta el riesgo de cansancio, de insomnio, de sobrepeso, y de inflamación crónica. Expertos advierten: reducirlo al mínimo puede ser clave para vivir más y mejor.