MADRID, 10 Nov. (EUROPA PRESS) - Cada vez más estudios confirman que una dieta rica en vitamina D, en magnesio, en zinc, en selenio, en omega-3, y en fibra puede marcar la diferencia entre la salud y la enfermedad. Estos micronutrientes fortalecen el sistema inmunitario, protegen el corazón y el cerebro, y mejoran la microbiota intestinal. Sin embargo, su efecto protector se desvanece cuando los ultraprocesados -tan dañinos como el alcohol o el tabaco- dominan nuestra alimentación.