MADRID, 9 Oct. (EDIZIONES) - Tras el verano, muchas personas notan la piel más seca, áspera, y con falta de luminosidad. El sol, el cloro de las piscinas, y la sal del mar dañan la barrera cutánea y favorecen la pérdida de agua, lo que provoca tirantez, irritación, y descamación. En este reportaje, una experta dermatóloga explica por qué ocurre este cambio estacional en nuestra piel, y cómo adaptar la rutina de cuidados en otoño para hidratarla, exfoliarla y devolverle su brillo natural.