La Navidad dispara la impulsividad infantil: luces, regalos, anuncios, y rutinas alteradas hacen que muchos niños vivan estas semanas con deseo constante, pero también con frustración y con emociones difíciles de manejar. Una psicóloga infantil explica por qué ocurre, cómo acompañar sus enfados sin ceder, cómo introducir límites sanos, y qué pueden hacer las familias para que estas fiestas no se conviertan en una montaña rusa emocional para nuestros menores.