Hasta un 90 por ciento de los adultos con dermatitis atópica grave sufre trastornos del sueño, lo que repercute directamente en su vida personal, social, académico y laboral, pudiendo "paralizarla" e incluso "quebrarla", según datos de Pfizer y la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica (AADA).