MADRID, 24 Nov. (EUROPA PRESS) - Utilizando una tecnología de edición genética llamada CRISPR para aumentar la eficiencia de producción de un hongo, científicos de la Universidad de Jiangnan, en China, han logrado reducir su impacto ambiental hasta en un 61%, todo ello sin añadir ADN extraño. El hongo modificado genéticamente tiene sabor a carne y es más fácil de digerir que su contraparte natural. El trabajo se publica en la revista 'Trends in Biotechnology de Cell Press'.