MADRID, 1 Ago. (EUROPA PRESS) - Un helado puede encajar perfectamente en una dieta saludable o incluso en un plan de pérdida de peso, siempre que se consuma de forma ocasional, en porciones moderadas y dentro de un patrón alimentario equilibrado; disfrutarlo como parte de una merienda o postre, una o dos veces por semana, es una forma responsable y compatible con un estilo de vida saludable, sostiene el nutricionista y catedrático de Ciencias del Deporte de la Universidad Europea, Vicente Javier Clemente.