MADRID, 25 Nov. (EDIZIONES) - Nuestras emociones impactan en nosotros más de lo que imaginamos. Cada emoción se traduce en reacciones químicas dentro del organismo que afectan a nuestra salud a nivel epigenético. El miedo, el estrés, la ira, o la tristeza, de manera sostenida, pueden activar genes inflamatorios y desregular procesos clave; mientras que la gratitud, la calma, y el amor, contribuyen a potenciar la reparación celular, y a equilibrar el sistema inmunológico.