En 2022, el virus de la viruela del mono comenzó a propagarse por todo el mundo, causando síntomas gripales, erupciones y lesiones dolorosas en más de 150.000 personas, y casi 500 muertes. Las vacunas desarrolladas para combatir la viruela se reutilizaron durante el brote para ayudar a los pacientes más vulnerables, pero esta vacuna es compleja y costosa, debido a que se fabrica a partir de un virus completo y debilitado.