Desarrollan materiales contra el virus causante de la mpox con una eficacia de hasta el 94,45%

Laboratorio de Biomateriales y Bioingeniería de la UCV
Laboratorio de Biomateriales y Bioingeniería de la UCV - UCV
Infosalus
Publicado: martes, 23 septiembre 2025 12:39

VALÈNCIA 23 Sep. (EUROPA PRESS) -

El Laboratorio de Biomateriales y Bioingeniería de la Universidad Católica de Valencia (UCV), dirigido por el investigador Ángel Serrano, ha liderado un proyecto internacional en colaboración con el Instituto de Ciencia de Tokio (Japón) y la Universidad de Kioto (Japón) que ha logrado desarrollar cinco materiales multifuncionales con potencial actividad antiviral frente al virus de la mpox, antes conocida como viruela del mono.

Entre ellos, destaca el tereftalato de polietileno (PET) recubierto con cloruro de benzalconio (BAK), capaz de inactivar hasta el 94,45 % del virus. Los otros cuatro materiales también han mostrado resultados muy relevantes, con tasas de inactivación superiores al 87%, lo que los convierte en "candidatos prometedores para su uso en equipos de protección", según ha informado la institución académica .

Este estudio pionero, publicado en una prestigiosa revista del grupo Nature, Scientific Reports, abre la puerta a la aplicación de estos materiales, capaces de inactivar al virus de la mpox en productos como hidrogeles, apósitos, mascarillas o viseras faciales de protección.

A juicio de Serrano, su uso podría ayudar a frenar la transmisión de un virus que se propaga "por contacto cercano, fluidos y superficies contaminadas, lo que hace necesario el desarrollo de estrategias de prevención adicionales".

En este sentido, el investigador de la UCV explica que a diferencia de mascarillas o viseras convencionales, que solo actúan como barreras físicas, estos materiales "añaden una función bioactiva que permite inactivar el virus en contacto directo", lo que "reduce el riesgo de que los dispositivos se conviertan en reservorios de patógenos y aumenta su eficacia en entornos de alta exposición". Además, tal y como precisa el experto de la UCV, "los hidrogeles pueden emplearse como apósitos o recubrimientos en el ámbito biomédico, ampliando su potencial de uso".

Asimismo, explica que la elevada eficacia de algunos de estos materiales se explica por la acción de sustancias activas como el cloruro de benzalconio (BAK), un compuesto ampliamente usado como desinfectante que "podría actuar rompiendo la envoltura del virus, dejándolo inactivo". De manera similar, actúa el jabón -empleado en otro de los materiales desarrollados-, cuyas propiedades impiden que el virus pueda infectar a células humanas. "El tratamiento de los materiales con estas sustancias convierte sus superficies en agentes activos capaces de neutralizar partículas virales", aclara Serrano.

Junto a Serrano, han formado parte del estudio los investigadores Miguel Martí, Alba Cano y Mercedes Cervera, de la Universidad Católica de Valencia, además de Rina Hashimoto, del Instituto de Ciencia de Tokio, y Kazuo Takayama, del Instituto de Ciencia de Tokio y de la Universidad de Kioto.

TRASLACIÓN DE LOS RESULTADOS

Sobre la traslación de los resultados del estudio a productos concretos en el mercado, Serrano señala que uno de los materiales evaluados ya se utilizó en las mascarillas UCV a nivel industrial durante la pandemia de COVID-19 para proteger frente al SARS-CoV-2, que también es un virus con envoltura. Además, el PET/BAK, el material más efectivo del estudio, ya se ha probado como prototipo en viseras faciales, "confirmando su potencial de aplicación práctica".

No obstante, advierte de que algunos de los materiales -especialmente los hidrogeles terapéuticos- requieren mayor desarrollo y optimización tecnológica antes de su uso generalizado. "Aunque quedan etapas por recorrer, los resultados son muy prometedores y marcan un camino claro hacia su futura aplicación real, sobre todo en las regiones más afectadas del planeta", añade.

El virus de la mpox, que pertenece a la familia Poxviridae, es un virus zoonótico que puede transmitirse tanto de animales a humanos como entre personas. Se trata de una enfermedad infecciosa que provoca erupciones dolorosas, fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos, dolores musculares y fatiga. La mayoría de los pacientes se recupera, pero algunos desarrollan cuadros graves que pueden ser mortales.

Según la OMS, en 2024 se confirmaron al menos 18.000 casos en el mundo. No obstante, en lo que va de este año la cifra supera los 31.000, con más de 150 fallecimientos. Desde 2022 se han registrado más de 150.000 casos y al menos 377 muertes.

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