Caminar entre 10 y 15 minutos después de comer —lo que en redes se conoce como 'fart walk'— no es sólo una moda pasajera. Según la doctora Cristina Petratti, especialista en Obesidad y Nutrición y miembro del Grupo de Ejercicio Físico y Obesidad de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), este sencillo hábito favorece la digestión, mejora el control del azúcar en sangre y contribuye a la salud cardiovascular y emocional. Eso sí: los beneficios dependen de mantener un ritmo suave y constante, no de convertir el paseo en una carrera.