MADRID, 18 Oct. (EDIZIONES) - Hoy creemos que las emociones, la memoria, y los pensamientos residen en nuestro cerebro, por lo que se acepta trasplantar el corazón de una persona a otra. Funciona sin problemas en la mayoría de los casos. Pero de vez en cuando, según nos cuenta en una entrevista con Europa Press Salud Infosalus Vincent M. Figueredo, cardiólogo e historiador del corazón, surge una historia como la de Claire Sylvia, una exbailarina profesional que recibió un trasplante corazón-pulmón de un joven de 18 años fallecido en un accidente de moto y que empezó posteriormente a actuar como él.