MADRID, 28 Jul. (EUROPA PRESS) - La exposición al cloro, un producto muy común en las piscinas por su eficacia como desinfectante, puede tener efectos en la salud de la piel y de los dientes si hay una exposición prolongada y frecuente a este producto. "Este elemento químico puede causar irritaciones en la piel, especialmente en personas que la tengan sensible o con condiciones preexistentes como dermatitis o eczema. En este sentido, estar en contacto con él de manera excesiva provoca sequedad, descamación y enrojecimiento, debido a que elimina los aceites naturales que protegen el cutis. Es importante enjuagar bien la piel después de nadar y aplicar una crema hidratante para restaurar la barrera cutánea", explica la doctora Cristina Villegas, jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.