MADRID, 2 Jun. (EDIZIONES) - Sí, nuestro tipo de piel puede variar a lo largo de nuestra vida y es posible que este cambie a lo largo de la vida. No hay que olvidar que la piel es el mayor órgano del cuerpo, por lo que está sometido a numerosos cambios a lo largo de los años. Además, la genética es muy importante, pero existen otros agentes como la edad, los cambios hormonales, el lugar donde se viva (más seco, húmedo, o contaminado, por ejemplo), así como el estrés o la dieta, todos ellos factores que pueden hacer que una piel que no lo era se vuelva sensible.