MADRID, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio ha dibujado un mapa de las características ocultas de la inflamación causada por la psoriasis, que explica las causas de su gravedad y ofrece pistas sobre la propagación de la enfermedad a otras partes del cuerpo, según publican sus autores en la revista 'Science Immunology'.
Más allá de las lesiones rojizas y escamosas que se forman en la piel de los enfermos de psoriasis, las formas leves y graves de la enfermedad pueden diferenciarse por la actividad de las células clave y las vías de señalización, según muestra un nuevo estudio. Se calcula que 125 millones de personas en todo el mundo padecen enfermedad psoriásica, que afecta por igual a hombres y mujeres.
Los hallazgos del equipo, dirigido por investigadores de la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos), podrían ayudar a explicar cómo pequeñas áreas de inflamación cutánea pueden tener efectos de gran alcance en otras partes del cuerpo.
Los investigadores señalan que hasta una quinta parte de los afectados por la enfermedad cutánea desarrollan inflamación articular o artritis psoriásica. Los resultados del estudio, afirman, también pueden ofrecer pistas sobre por qué la psoriasis puede desencadenar ésta y otras afecciones, como la diabetes de tipo 2, las cardiopatías y la enfermedad inflamatoria intestinal.
Los nuevos análisis revelaron que la localización de los grupos de células denominadas fibroblastos, reguladores clave de la inflamación, junto con los macrófagos, un tipo de glóbulos blancos, variaba y era más frecuente en las capas superiores de la piel en los casos más graves de psoriasis.
Además, descubrieron que en las muestras de piel de pacientes con psoriasis de moderada a grave, la actividad génica aumentaba en más de tres docenas de vías moleculares relacionadas con el metabolismo y el control de los niveles de lípidos, factores que se sabe que fallan en la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Este aumento de la actividad génica se producía incluso en la piel clara, lejos de cualquier lesión.
"Nuestro objetivo inicial era hallar señales moleculares mensurables que pudieran indicarnos quiénes tienen más probabilidades de desarrollar psoriasis grave y quiénes corren mayor riesgo de padecer trastornos relacionados que suelen acompañar a la psoriasis, como artritis y enfermedades cardiovasculares", afirma el coinvestigador principal del estudio, el doctor José Scher.
"Habiendo hallado señales con posibles consecuencias sistémicas, ahora estamos trabajando para comprender cómo la inflamación de la piel puede conducir a una enfermedad generalizada que afecte a otros órganos", añade Scher, catedrático asociado Steere Abramson de Medicina en el Departamento de Medicina de NYU Langone Health, donde también es director de su Centro de Artritis Psoriásica y del Centro Judith y Stewart Colton de Autoinmunidad.
La coinvestigadora principal del estudio, Shruti Naik, profesora adjunta en los departamentos de Patología, Medicina y Dermatología Ronald O. Perelman de la NYU Langone, destaca que el estudio constituye "un valioso recurso para la comunidad científica, ya que ofrece el archivo más completo de características celulares y moleculares implicadas tanto en la piel enferma como en la sana".
Scher señala que el nuevo estudio se diseñó para ir más allá de las herramientas de diagnóstico actuales, que se centran sobre todo en los signos visibles de las lesiones cutáneas en lugar de examinar sus efectos sistémicos y moleculares invisibles.
Aunque muchas de las terapias disponibles, incluidos los esteroides y los fármacos inmunosupresores, reducen la inflamación y los síntomas, no abordan las causas subyacentes de la enfermedad.
El nuevo estudio se basó en la transcriptómica espacial, una técnica que traza minuciosamente las interacciones moleculares y celulares que se producen en un tejido concreto. Los investigadores analizaron muestras de piel intacta de 11 hombres y mujeres con casos leves a graves de enfermedad psoriásica, además de tres adultos sanos sin psoriasis.
La transcriptómica espacial, afirman, es más potente que otras técnicas de uso común que rastrean células individuales porque crea un amplio mapa basado en imágenes de dónde se encuentran las células en los tejidos y con qué otras células se comunican.
Según Naik, el equipo tiene previsto utilizar sus últimos análisis para determinar los mecanismos biológicos que intervienen en la inflamación de la piel en una zona y cómo afecta a la piel o a otros órganos en otra parte del cuerpo.
También está previsto seguir investigando en grupos más amplios de pacientes y en piel lesionada y no lesionada de los mismos pacientes para determinar cómo la enfermedad desaparece por sí sola en algunos y por qué los pacientes responden de forma diferente a los mismos medicamentos antiinflamatorios.