MADRID, 7 Ago. (EUROPA PRESS) - Durante años, el diagnóstico de cáncer de próstata ha estado rodeado de temores, decisiones difíciles y tratamientos agresivos. Sin embargo, cada vez hay más evidencia de que, en la mayoría de los casos, especialmente cuando el tumor no se ha diseminado, el pronóstico es mucho más favorable de lo que tradicionalmente se ha pensado. Hoy, gracias a una mejor clasificación del riesgo y a estrategias como la vigilancia activa, muchos pacientes viven largas vidas sin que el cáncer llegue a ponerlas en peligro real.