MADRID, 4 May. (EUROPA PRESS) - La apnea obstructiva del sueño (AOS) produce una falta de oxigenación por la interrupción de la respiración (hipoxia intermitente), además de un incremento del esfuerzo ventilatorio para vencer a la obstrucción de las vías respiratorias, lo que produce cambios en la presión intratorácica que también son negativos para el corazón. Estos dos factores parecen tener una relación fundamental con el desarrollo de la hipertensión, según ha explicado la jefa clínica de la Unidad del Sueño y de Función Pulmonar del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau de Barcelona y vocal de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES), Merc Mayos.