MADRID, 12 May. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha advertido, en el marco del Día Europeo de las hormonas, que tendrá lugar el lunes 15 de mayo, de que la obesidad "es una enfermedad estrechamente ligada a las hormonas, así como uno de los múltiples determinantes de su aparición".
"Desde hace años se conoce que existen algunas hormonas estrechamente relacionadas con la obesidad de una manera bidireccional. La obesidad puede alterar los niveles y las acciones de diferentes hormonas y, a su vez, las hormonas controlan procesos directamente vinculados con la obesidad", ha aseverado la coordinadora del Área de Obesidad de la SEEN, Ana de Hollanda.
Las hormonas son mensajeros químicos producidos por las glándulas endocrinas que circulan por la sangre y se unen a receptores específicos en diferentes órganos y tejidos del cuerpo. Además, regulan procesos esenciales como el crecimiento y la reproducción, el metabolismo de la glucosa, las grasas, la respuesta inmunitaria, el sueño y el estado de ánimo, entre otros.
La obesidad puede provocar diferentes trastornos endocrinos: entre el 25 y el 50 por ciento de las personas con obesidad tiene resistencia a la insulina, lo que puede derivar en diabetes tipo 2, así como en complicaciones relacionadas con la enfermedad.
Asimismo, la obesidad es un factor de riesgo para el desarrollo de patologías crónicas como las enfermedades cardiovasculares (coronarias, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular), respiratorias (síndrome de apnea del sueño y asma), musculoesqueléticas (osteoartritis) e incluso tumores como el cáncer de mama, colon, hígado y endometrio.
Manuel D. Gahete, doctor en Ciencias e investigador y vocal de la SEEN, ha puntualizado que "la obesidad puede ser la única causa y siempre puede aumentar el riesgo de desarrollarlas".
Las personas con obesidad normalmente presentan una gran alteración de diferentes sistemas hormonales que puede tener consecuencias patológicas.
"La obesidad se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa en el organismo fundamentalmente en el tejido adiposo y cuando este último se satura infiltra los órganos. En la obesidad se alteran los niveles circulantes en sangre de diferentes hormonas como la leptina, la adiponectina (producidas por el tejido adiposo), la hormona del crecimiento, la ghrelina, la insulina o la testosterona, entre otras", ha detallado De Hollanda.
Además, la obesidad puede inducir a un estado de resistencia al funcionamiento de estas hormonas, es decir, las células y los tejidos que deben responder a la acción de estas no lo hacen de manera apropiada (por ejemplo, a la insulina).
La doctora ha destacado que otras alteraciones hormonales, como el déficit de la hormona tiroidea, el exceso del cortisol y de la hormona del crecimiento se pueden asociar a un incremento de peso y a la obesidad.
Asimismo, el descenso de las hormonas gonadales por enfermedades o en la menopausia y las alteraciones hormonales en el síndrome de ovario poliquístico también se asocian a aumento de peso y cambios en la composición corporal que favorecen la acumulación de grasa.
Otras hormonas como la vitamina D se pueden ver afectadas también por la obesidad y, en consecuencia, la parathormona, reguladora del metabolismo óseo. "La obesidad es una enfermedad estrechamente ligada a las hormonas tanto como uno de los múltiples determinantes de su aparición", ha insistido la coordinadora del Área de Obesidad de la SEEN.
SOLUCIONES: ESTILO DE VIDA SALUDABLE
La endocrinóloga ha remarcado que "para evitar la obesidad o intentar revertirla es importante mantener un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada y actividad física regular para prevenir no solo la obesidad sino también sus complicaciones".
"En los casos más graves, además de este estilo de vida saludable, se recurre al tratamiento farmacológico en el que se utilizan análogos de hormonas gastrointestinales o incluso cirugía bariátrica, que también actúa como un gran modulador de estas hormonas. La investigación en las hormonas gastrointestinales que regulan el hambre y la saciedad es actualmente una de las líneas de la industria farmacéutica con una mayor inversión en el área de la especialidad de Endocrinología y Nutrición", ha explicado.
En este sentido, Gahete mantiene que en los últimos años se han realizado importantes avances en el estudio de las hormonas y la obesidad: "Estamos empezando a entender cómo y cuándo se producen las hormonas, qué funciones llevan a cabo, cómo pueden modularse y qué impacto tienen en la salud y en la obesidad".
El investigador indica que uno de los descubrimientos más importantes es el papel que desempeñan las hormonas del hambre, como la ghrelina y la leptina, en la regulación del apetito y el control del peso corporal: "La ghrelina se produce en el estómago y estimula el apetito, mientras que la leptina, producida por las células grasas, quita el apetito y promueve la saciedad".