MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) - El edema cerebral, la peligrosa inflamación del cerebro que se produce tras un traumatismo craneoencefálico (TCE), puede multiplicar por diez el riesgo de muerte y empeorar significativamente las perspectivas de recuperación de la función cerebral. En casos extremos, los cirujanos extirpan una porción del cráneo para aliviar la presión, pero esto tiene riesgos significativos y no es viable para la gran mayoría de los casos de TBI. Los médicos disponen de muy pocas herramientas eficaces para tratar el edema cerebral, que es una de las principales causas de muerte intrahospitalaria y se asocia a discapacidad neurológica a largo plazo.