SEVILLA, 11 Ago. (EUROPA PRESS) - Un equipo de investigación de las universidades de Huelva y de Sevilla y del Hospital Universitario Virgen Macarena ha utilizado nanotubos de carbono para la administración de antibióticos. Estas estructuras, un millón de veces más finas que un cabello, actúan de manera más precisa en el foco de la infección y aumentan la duración del efecto. Por lo que, su puesta en marcha supondría, además, un "avance" contra la resistencia bacteriana, al facilitar una entrega más eficiente del principio activo.