MADRID, 8 Ago. (EUROPA PRESS) - Las interacciones entre los fármacos y el alcohol son bidireccionales; es decir, los fármacos pueden influir en los efectos del alcohol en el organismo y, el alcohol, a su vez, puede influir en el comportamiento de los fármacos, aumentando o reduciendo su concentración, potenciando sus efectos adversos o aumentando o reduciendo sus efectos, señala el Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España.