"La obesidad es una enfermedad crónica compleja que resulta de la interacción entre factores genéticos, ambientales, y de comportamiento. Durante mucho tiempo, se ha simplificado su origen al balance calórico (ingerir más energía de la que se gasta), pero hoy sabemos que existen múltiples factores involucrados". Así lo afirma en una entrevista con Europa Press Infosalus la doctora Cristina Petratti, que es médica especialista en obesidad y coaching nutricional, así como miembro de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO). En primer lugar, apunta a los factores genéticos y epigenéticos: "Nuestros genes influyen en la regulación del metabolismo, del apetito, y del almacenamiento de grasa". En concreto, especifica que existen diferentes tipos de predisposición genética a la obesidad: Obesidad monogénica: causada por alteraciones en un solo gen. Obesidad poligénica: resultado de la interacción de varios genes con el entorno. Tal y como asevera esta experta, la epigenética también juega un papel clave, de manera que el sedentarismo, el consumo de ultraprocesados, y la exposición a sustancias químicas pueden modificar la expresión de los genes que están relacionados con la obesidad. Por otro lado, señala la doctora Petratti que existen condiciones médicas que pueden contribuir a la ganancia de peso o, por el contrario, dificultar su pérdida, entre ellas cita a las siguientes: Hipotiroidismo: afecta el metabolismo y disminuye el gasto energético. Síndrome de ovario poliquístico (SOP): se asocia con resistencia a la insulina y mayor acumulación de grasa. Depresión y ansiedad: afectan la regulación del apetito y a la motivación para la actividad física. Uso de ciertos medicamentos: algunos antidepresivos, antipsicóticos, y corticosteroides pueden generar aumento de peso como efecto secundario. QUÉ TE HACE ENGORDAR EN EL DÍA A DÍA A su vez, resalta la miembro de la Sociedad Española de Obesidad que, más allá de los factores biológicos citados anteriormente, hay hábitos que pueden llevar al aumento de peso, tales como: 1. Sedentarismo: La falta de actividad física disminuye el gasto calórico y favorece la acumulación de grasa corporal. 2. Consumo excesivo de ultraprocesados: Estos alimentos suelen tener un alto contenido de azúcares, de grasas trans, y de aditivos que alteran la regulación del hambre y la saciedad. 3. Porciones inadecuadas: Comer en exceso, incluso alimentos saludables, puede provocar un superávit calórico involuntario. 4. Estrés crónico y falta de sueño: El cortisol elevado por estrés crónico puede favorecer el almacenamiento de grasa abdominal; además, la privación de sueño afecta las hormonas del hambre y aumenta el apetito. 5. Alteraciones en la microbiota intestinal: La microbiota influye en la regulación del peso; un desequilibrio puede afectar a la absorción de nutrientes, y favorecer la acumulación de grasa. 6. Falta de exposición al frío moderado: La temperatura estable por el uso de calefacción y aire acondicionado limita la activación del tejido adiposo marrón, encargado de quemar energía en lugar de almacenarla. CÓMO INFLUYEN LOS ULTRAPROCESADOS EN EL AUMENTO DE PESO Ahora bien, esta especialista en medicina de la Obesidad remarca que "el entorno en el que vivimos también influye en nuestros hábitos": "El acceso limitado a alimentos frescos favorece el aumento de peso ya que en algunas zonas los ultraprocesados son más accesibles económicamente. Pero también la falta de espacios para la actividad física, el hecho de vivir en entornos sin infraestructura adecuada limita la posibilidad de moverse más, y en consecuencia el ganar peso". En línea con lo anterior, esta especialista mantiene que en los últimos años, los alimentos ultraprocesados se han convertido en una parte habitual de la dieta diaria de muchas personas, y uno de los principales fallos que cometemos a la hora de ganar kilos.