LOGROÑO, 27 May. (EUROPA PRESS) -
El vino es un componente esencial del patrón alimentario denominado 'dieta mediterránea', además diversos estudios han mostrado que su consumo con moderación, especialmente durante las comidas, ayuda a proteger la salud cardiovascular.
El doctor, Emilio Ros, conocido experto mundial en nutrición, argumenta que "muchos estudios de observación con seguimiento a largo plazo de grandes poblaciones han revelado de modo consistente que, en comparación con la abstención o el consumo excesivo, el consumo moderado de bebidas alcohólicas de cualquier tipo (vino, cerveza o bebidas espirituosas) se asocia a menores tasas de enfermedades cardiovasculares, diabetes y muerte por cualquier causa".
Precisamente, sobre relación entre el consumo de vino y su influencia en la reducción de la mortalidad general y de las enfermedades cardiovasculares está dedicada la conferencia inaugural del XXVIII Congreso de la Sociedad Española de Arterioesclerosis que se celebra en Logroño del 27 al 29 de mayo.
BENEFICIOS DEL CONSUMO MODERADO DE VINO
Estos efectos beneficiosos, explica, se atribuyen al aumento del colesterol HDL, o colesterol "bueno", y un efecto antitrombótico dependientes del propio alcohol.
"El vino, especialmente el tinto, tiene efectos protectores cardiovasculares adicionales, que dependen de los polifenoles derivados de la uva que contiene, siendo el resveratrol el más conocido", especifica el doctor Ros.
Añade que "estudios con vino tinto desalcoholizado, que contiene los polifenoles pero no el alcohol, son los que han demostrado efectos beneficiosos sobre numerosas vías metabólicas, desde inhibición de la inflamación o estimulación de la dilatación de las arterias a estímulo de moléculas que prolongan la vida celular".
EFECTO CARDIOPROTECTOR
En estudios de países mediterráneos se sugiere un notable efecto cardioprotector del consumo de vino tinto, por lo que el doctor Ros recomienda "un consumo moderado de vino con las comidas en el contexto de una dieta mediterránea, siempre teniendo en cuenta los peligros del exceso de bebida y la contraindicaciones por profesión o actividad, evitando su ingestión, por ejemplo, a la hora de conducir o manejar maquinaria, o si se padecen problemas médicos como enfermedades hepáticas o pancreatitis".
Emilio Ros concluye que "beber vino tinto, con moderación, en las comidas suele asociarse a una vida más larga y saludable".