MADRID, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -
Durante años, el virus del papiloma humano ha sido un enemigo silencioso capaz de provocar uno de los cánceres más temidos entre las mujeres. Aun así, las dudas sobre la vacunación han seguido circulando mientras millones de familias decidían qué hacer.
Ahora, nuevas evidencias vuelven a poner sobre la mesa una pregunta inevitable: ¿estamos infravalorando una de las herramientas más fuertes que tenemos para frenar el cáncer de cuello uterino? La ciencia acaba de ofrecer una respuesta que no deja espacio para la indiferencia.
RESULTADOS QUE CAMBIAN EL PANORAMA
El virus del papiloma humano (VPH) es una familia de virus comunes, incluidos los que causan verrugas cutáneas. Si bien muchos tipos de VPH son inofensivos, otros tipos de alto riesgo pueden causar cáncer de cuello uterino, ano, pene, vulva, vagina y garganta, y otros causan verrugas anogenitales.
El cáncer de cuello uterino es el cuarto cáncer más común en mujeres a nivel mundial y causa más de 300.000 muertes al año, principalmente en países de ingresos bajos y medios. Las nuevas revisiones confirman que la vacunación contra el VPH puede prevenir la mayoría de estos cánceres. La evidencia de ensayos clínicos respalda su eficacia y seguridad.
Dos nuevas revisiones 'Cochrane' realizadas por colaboradores de diferentes universidades de Reino Unido muestran evidencia sólida y consistente de que las vacunas contra el VPH son efectivas para prevenir el cáncer de cuello uterino y las lesiones precancerosas, especialmente cuando se administran a jóvenes antes de que se expongan al virus.
Se descubrió que las niñas vacunadas antes de los 16 años tienen un 80% menos de probabilidades de desarrollar cáncer de cuello uterino. Las revisiones también confirman que las vacunas contra el VPH solo suelen causar efectos secundarios leves y transitorios, como dolor en el brazo. Estas revisiones contaron con el apoyo del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Atención (NIHR).
SEGURIDAD BAJO LUPA CIENTÍFICA
La primera revisión se centró en ensayos controlados aleatorizados e incluyó 60 estudios con 157.414 participantes. Se descubrió que todas las vacunas contra el VPH eran eficaces para prevenir infecciones que pueden derivar en cáncer y otras afecciones relacionadas con el VPH, sin evidencia de problemas de seguridad graves.
Dado que los cánceres causados por el VPH pueden tardar muchos años en desarrollarse, la mayoría de los estudios no realizaron un seguimiento de los participantes el tiempo suficiente para medir los efectos directos sobre el cáncer en sí. Sin embargo, vacunas como Cervarix, Gardasil y Gardasil-9 redujeron los cambios precancerosos en el cuello uterino y otros tejidos en personas de entre 15 y 25 años, así como el número de personas que necesitaban tratamiento para enfermedades relacionadas con el VPH. Las vacunas que incluían protección contra los tipos de VPH relevantes redujeron significativamente el riesgo de verrugas anogenitales.
Los efectos secundarios a corto plazo, como dolor leve o hinchazón en el lugar de la inyección, fueron comunes, pero los efectos secundarios graves fueron raros y se presentaron con una frecuencia similar en los grupos de vacunación y de control.
"Los ensayos clínicos aún no nos ofrecen una visión completa del cáncer de cuello uterino, ya que los cánceres relacionados con el VPH pueden tardar muchos años en desarrollarse", desarrolla Hanna Bergman, coautora principal y colaboradora de Cochrane. "Dicho esto, la evidencia de estos ensayos confirma que las vacunas contra el VPH son altamente efectivas para prevenir las infecciones que conducen al cáncer, sin indicios de problemas de seguridad graves". La evidencia en el mundo real confirma la protección a largo plazo.
La segunda revisión analizó la evidencia de 225 estudios con más de 132 millones de personas en diversos países. Examinó estudios observacionales, incluidos estudios poblacionales que comparaban los resultados antes y después de la introducción de la vacuna. Los hallazgos muestran que la vacunación contra el VPH reduce claramente el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino y lesiones precancerosas del cuello uterino. Los resultados provinieron de estudios con diversos diseños y diferentes periodos de seguimiento.
IMPACTO GLOBAL Y RETOS PENDIENTES
Las niñas vacunadas a los 16 años o antes tuvieron un 80% menos de probabilidades de desarrollar cáncer de cuello uterino que las niñas no vacunadas. La revisión también encontró reducciones sustanciales en las lesiones precancerosas (conocidas como CIN2+ y CIN3+) y en las verrugas anogenitales, también causadas por la infección por VPH. Las reducciones fueron mayores en las personas que recibieron la vacuna contra el VPH a los 16 años o antes.
Es importante destacar que la revisión no encontró evidencia que respalde las afirmaciones de que la vacunación contra el VPH aumenta el riesgo de eventos adversos graves. Al contrastar los supuestos eventos adversos con datos de seguimiento reales, el equipo de revisión no encontró ninguna relación entre los efectos secundarios graves notificados y la vacunación contra el VPH.
"Ahora contamos con evidencia clara y consistente de todo el mundo de que la vacunación contra el VPH previene el cáncer de cuello uterino", agrega Nicholas Henschke, coautor principal y también colaborador de Cochrane. "Un hallazgo importante fue que los efectos secundarios de la vacuna, comúnmente reportados y frecuentemente comentados en redes sociales, no mostraron evidencia de una relación real con la vacunación".
En conjunto, las dos revisiones Cochrane proporcionan la evidencia más completa y actualizada sobre la vacunación contra el VPH hasta la fecha, basada tanto en estudios a gran escala en entornos reales como en ensayos clínicos rigurosos. La evidencia demuestra que la vacunación contra el VPH es una medida de salud pública segura y altamente efectiva, capaz de prevenir cánceres que afectan a cientos de miles de personas cada año.
Los hallazgos refuerzan las recomendaciones globales de vacunar tanto a niñas como a niños, idealmente antes de los 16 años, para lograr la mayor protección contra los cánceres relacionados con el VPH. La protección es mayor cuando la vacunación se realiza antes del inicio de la actividad sexual y la exposición al virus.
Sin embargo, los autores también señalan algunas lagunas en la evidencia. La mayoría de las investigaciones se han realizado en países de altos ingresos, lo que significa que se necesitan más estudios en países de ingresos bajos y medios, donde el cáncer cervicouterino es más común y los programas de detección son insuficientes; es en estos países donde la vacunación contra el VPH tendrá un impacto aún más positivo. No obstante, para lograr la ambición de la Organización Mundial de la Salud de erradicar el cáncer cervicouterino, siguen siendo cruciales las altas tasas de vacunación contra el VPH, la detección del cáncer cervicouterino y el tratamiento de las lesiones precancerosas detectadas mediante la detección.
"Los datos a largo plazo seguirán fortaleciendo nuestra comprensión de cómo la vacunación contra el VPH protege contra el cáncer a lo largo de la vida. Si bien ahora contamos con datos suficientes para observar un efecto beneficioso de la vacunación contra el VPH en los cánceres cervicouterinos, que tienden a desarrollarse en mujeres jóvenes, se necesitarán décadas para comprender plenamente el impacto de la vacunación en los cánceres de vulva, perianales, de pene y de cabeza y cuello, que a menudo se desarrollan más adelante en la vida", finalizan los colaboradores de Cochrane en Reino Unido.
Enlaces: Vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) para la prevención del cáncer de cuello uterino y otras enfermedades relacionadas con el VPH: un metaanálisis en red*