Archivo - Mujer durmiendo. - GORODENKOFF/ISTOCK - Archivo
MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Facultad de Medicina Yong Loo Lin de la Universidad Nacional de Singapur (NUS Medicine) han descubierto que la falta de sueño entre semana altera significativamente el metabolismo de la glucosa, incluso cuando se prolonga el sueño durante el fin de semana.
El estudio, publicado en la revista 'Sleep', proporciona información sobre el impacto de la falta recurrente de sueño en la capacidad del cuerpo para procesar la glucosa y el riesgo de diabetes mellitus tipo 2.
La investigación, dirigida por la profesora adjunta June Chi-Yan Lo, investigadora principal del Centro de Sueño y Cognición de NUS Medicine, junto con el coautor, el profesor adjunto asociado Khoo Chin Meng, del Departamento de Medicina de NUS Medicine, examinó cómo el sueño corto constante y los horarios de sueño corto irregulares afectaban la capacidad del cuerpo para gestionar la glucosa.
En un entorno controlado en el laboratorio del sueño, 48 adultos jóvenes sanos de entre 21 y 35 años comenzaron el estudio con dos noches de sueño adecuado para evaluar sus niveles de glucosa en sangre e insulina en un estado de buen descanso con una prueba de tolerancia a la glucosa oral (PTGO).
En las dos semanas siguientes, se les asignó a horarios de sueño que simulaban "sueño corto estable", "sueño corto variable" o sueño "de control" adecuado entre semana. También se administró una PTGO al final de cada período nocturno entre semana.
El grupo de sueño corto estable durmió seis horas cada noche entre semana y ocho horas cada noche de fin de semana, lo que refleja una semana laboral o escolar típica. El grupo de sueño corto variable también durmió ocho horas los fines de semana, pero siguió un horario fluctuante entre semana, de cuatro a ocho horas cada noche, con el mismo tiempo total de tiempo en cama que el grupo de sueño corto estable.
El grupo de control tuvo ocho horas de sueño cada noche durante todo el estudio. Todas las comidas se adaptaron a las necesidades calóricas y de macronutrientes individuales de cada participante a lo largo del estudio.
A pesar de dos noches de sueño suficiente durante los fines de semana, ambos grupos de sueño corto mostraron una tolerancia a la glucosa deteriorada.
Así, en quienes dormían seis horas de forma regular entre semana, se observaron signos de resistencia a la insulina. Sus cuerpos producían más insulina para intentar estabilizar la glucemia; sin embargo, sus niveles de glucosa en sangre se mantuvieron elevados en comparación con los de un estado de descanso adecuado.
Por su parte, el grupo con sueño variable y corto experimentó aumentos aún más pronunciados en las concentraciones de glucosa. Fundamentalmente, no mostraron una sobreproducción compensatoria significativa de insulina, lo que sugiere un posible deterioro temprano de las células productoras de insulina del páncreas.
Según los investigadores, estos hallazgos indican en conjunto un mayor riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 para las personas que duermen poco.
En cambio, el grupo de control, que durmió lo suficiente de forma constante todas las noches, no mostró cambios significativos en los niveles de glucosa en sangre durante todo el estudio.
Estos hallazgos subrayan la importancia crucial de un sueño adecuado y constante para la regulación de la glucosa. Además, sugieren que la falta de sueño entre semana tiene un impacto negativo en la capacidad del cuerpo para procesar la glucosa, aumentando el riesgo de diabetes mellitus tipo 2, incluso con la recuperación del sueño los fines de semana.
Asimismo, la regularidad de la falta de sueño entre semana podría afectar la forma en que se desarrolla este deterioro y, posiblemente, su gravedad.
"Mucha gente cree que dormir el fin de semana puede 'reiniciarse', pero nuestros hallazgos muestran que recuperar el sueño durante el fin de semana podría no prevenir los aumentos en los niveles de glucosa en sangre inducidos por la posterior reducción del sueño entre semana", advierte Lo.
"Los hallazgos de nuestro estudio sugieren una relación vital entre la duración y la regularidad del sueño, y el riesgo de diabetes mellitus tipo 2 --prosigue--. Comprender cómo los patrones de sueño afectan la regulación de la glucosa puede ayudarnos a ofrecer planes de tratamiento más integrales".
Mediante este estudio, los investigadores buscan orientar tanto a personas como a profesionales de la salud para que comprendan los factores que contribuyen al riesgo de diabetes mellitus tipo 2 y consideren un sueño adecuado y regular como un posible componente de intervención al abordar las afecciones metabólicas.
Señalan que futuras investigaciones podrían centrarse en los patrones de sueño en otros grupos demográficos y en pacientes con factores de riesgo subyacentes de diabetes mellitus tipo 2.