MADRID, 3 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores coordinado por el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER), del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), ha demostrado que la combinación de una dieta mediterránea hipocalórica con un aumento de la actividad física reduce las posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2, tanto en personas con sobrepeso como aquellas con un alto riesgo metabólico.
Los resultados del trabajo, publicados en la revista 'Annals of Internal Medicine', ha evidenciado que los alimentos y nutrientes que componen la dieta mediterránea actúan de forma "sinérgica" a través de diferentes mecanismos implicados en la diabetes tipo 2 tales como reducir la resistencia a la insulina, la inflamación y el estrés oxidativo, unos efectos que se ven potenciados por la actividad física y la pérdida de peso.
Al tratarse de una dieta "sabrosa, sostenible y culturalmente aceptada", los investigadores han señalado que puede convertirse en una estrategia "ideal" a largo plazo para la prevención de enfermedades cardiometabólicas.
"Este estudio, de gran envergadura y enorme repercusión para la salud, ha supuesto un reto y un enorme orgullo para el equipo de endocrinólogos y nutricionistas de nuestros cuatro hospitales", ha afirmado la jefa del Departamento de Endocrinología y Nutrición de los Hospitales de Quirónsalud integrados en el Sermas, la doctora Clotilde Vázquez.
El estudio PREDIMED-Plus ((PREvención con DIeta MEDiterránea)) ha planteado una intervención a partir de los descubrimientos hechos durante décadas por PREDIMED, haciendo más énfasis en un estilo de vida más intensivo, con el objetivo de evaluar si pudiera aportar beneficios adicionales frente a otro tipo de estrategias menos intensivas.
Así, los participantes del ensayo (4.746 personas de entre 55 y 75 años con sobrepeso u obesidad y síndrome metabólico, que no padecían enfermedades cardiovasculares ni diabetes al inicio) han sido asignados al azar a un programa enfocado en seguir la dieta mediterránea, sin promocionar actividad física ni perseguir una reducción calórica de la dieta; y otro conductual enfocado a conseguir una pérdida de peso mediante una dieta mediterránea con una reducción planificada de 600 kilocalorías diarias y mayor actividad física.
UN 2,5% MENOS DE RIESGO DE DIABETES
Tras realizar un seguimiento de seis años, aquellos participantes que solo siguieron la dieta mediterránea tenían un riesgo absoluto del 12 por ciento de desarrollar diabetes, en comparación con el 9,5 por ciento de quienes fueron asignados a la intervención más intensiva.
Esta última estrategia también ha logrado reducir en un 31 por ciento los nuevos casos de diabetes, en comparación con la dieta mediterránea sin restricción calórica ni recomendaciones de ejercicio.
Además, los investigadores han observado que los participantes sin diabetes al inicio asignados al grupo de intervención intensiva han mostrado igualmente una mayor adhesión a la dieta mediterránea, un aumento de su actividad física, una mayor pérdida de peso y han necesitado menos medicamentos para el control de su glucosa durante el seguimiento una vez diagnosticados de diabetes.
PREDIMED-Plus ha contado con la participación de personal investigador del CIBER procedente de las áreas de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM); y ha sido financiado con más de 15 millones de euros a través de diferentes convocatorias, pero con aportación mayoritaria del ISCIII y el Consorcio CIBER. El artículo ha contado con la colaboración de la Harvard T.H. Chan School of Public Health de Estados Unidos.