MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS) -
¿Cuántas veces has fantaseado con comerte aquel plato que tanto te gustó en una comida de amigos, esas palomitas que te acompañaron una tarde de cine o ese dulce que te comiste mientras paseabas con familia? El hecho de que nos acordemos de ciertos alimentos más que otros puede tener su base en el recuerdo que tenemos de ese alimento.
COMIDA Y MEMORIA
Y cuanto más fuerte sea nuestro recuerdo de un determinado alimento, más probable es que lo elijamos, incluso si se trata de la opción menos atractiva. Al menos es lo que señala una reciente investigación realizada por psicólogos de la Universidad de Basilea (Suiza) y publicada en la revista científica 'Neuron'.
Los investigadores realizaron un estudio sobre cómo la memoria influye en las decisiones humanas, ofreciendo diversos alimentos y el uso de escáneres para rastrear la actividad cerebral, de forma que mostraron que en la influencia de la memoria media el aumento de la comunicación entre áreas cerebrales relevantes.
RECUPERACIÓN DE LA INFORMACIÓN DE LA MEMORIA
Muchas de nuestras decisiones cotidianas se basan en la recuperación de la información importante de la memoria. El mecanismo neuronal y cognitivo de este proceso de toma de decisiones no se ha estudiado en profundidad hasta ahora y sólo se sabe que estos procesos cerebrales implican el hipocampo, una región clásica de la memoria, y la corteza prefrontal ventromedial en el lóbulo frontal, un área de toma de decisiones.
En el estudio se pidió a 30 jóvenes hambrientos que clasificaran 48 aperitivos --como patatas fritas, barritas de chocolate, galletas y gominolas-- por orden de preferencia. Se presentaron los tentempiés en una pantalla de ordenador asociados con una ubicación particular.
Después, los individuos se metieron en un escáner de imágenes de resonancia magnética y se les pidió que eligieran entre dos aperitivos, de los que se mostró sólo la ubicación, de forma que los sujetos estaban obligados a recordar la comida asociada con la ubicación.
MAYOR PREFERENCIA POR LA COMIDA QUE SE RECUERDA
Los resultados mostraron que los individuos tendían a preferir los aperitivos que eran capaces de recordar mejor y que eligieron aquellos que podían recordar mejor aunque les hubieran otorgado peor calificación al inicio de la prueba y, por tanto, considerado menos atractivos. Sólo los aperitivos muy poco atractivos fueron rechazados incluso aunque fueron recordados. Al grupo de control de 30 sujetos se le mostró los aperitivos directamente en la pantalla y sus opciones se correspondían con las puntuaciones iniciales.
El equipo de investigación utilizó imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) para examinar los mecanismos neurales de las decisiones basadas en el recuerdo y desarrolló un modelo matemático para representar el proceso de toma de decisiones y la influencia de la memoria. Este modelo permitió al equipo determinar la fuerza de activación basada en la memoria durante el almacenamiento en el hipocampo. Un análisis de la activación durante el proceso de toma de decisiones mostró un aumento en la comunicación entre el hipocampo y la corteza prefrontal ventromedial.
"Nuestro estudio construye un puente entre dos campos de investigación centrales de la psicología, es decir, la memoria y la investigación de la toma de decisiones", destaca el autor principal del estudio, Sebastián Gluth. La combinación de modelado y exploraciones cerebrales matemáticas también proporciona una comprensión exacta de cómo las áreas del cerebro están vinculadas a los sub-procesos psicológicos y cómo interactúan entre sí.