MADRID 21 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los primeros celtas del este de Francia importaron cerámica mediterránea, así como productos propios del Mediterráneo, como el aceite de oliva y el vino, según un estudio de las universidades alemanas de Munich y Tubinga, publicado en la revista 'PLOS ONE'.
Cientos de fragmentos de cerámica mediterránea importada se han encontrado en el yacimiento de Fortaleza Celta Temprana de Vix-Mont Lassois, en Borgoña (Francia). Este estudio es el primero en investigar el impacto de estas importaciones mediterráneas y de las prácticas mediterráneas de fiesta y consumo en la cultura celta temprana (entre los siglos VII y V antes de Cristo), usando técnicas de análisis de residuos orgánicos moleculares.
Los autores realizaron una cromatografía de gases y análisis de espectrometría de masas GC en residuos orgánicos extraídos de 99 fragmentos cerámicos encontrados en Vix-Mont Lassois: algunos de 16 buques importados del Mediterráneo y algunos de vasos producidos localmente de diferentes contextos (élite, artesano, ritual, y militar).
Los resultados mostraron que los recipientes importados no solo se usaban para beber vino como una apropiación de las prácticas de banquete mediterráneas, sino también para beber cervezas locales condimentadas con resinas de pino, en lo que parece ser una adaptación intercultural.
También se encontraron otras bebidas caseras en la cerámica local, incluyendo lo que pudo haber sido cerveza a base de mijo, probablemente consumida solo por individuos de estado bajo, y cerveza a base de cebada y bebidas derivadas del abedul, que parecían ser consumidas por individuos de alto rango. También se identificaron resinas locales de pino y aceites vegetales.
Además, el consumo de vino importado aparentemente no se limitaba a los niveles superiores de la sociedad. Los artesanos también tenían acceso al vino, y la evidencia sugiere que posiblemente lo usaron para cocinar, mientras que las elites lo tomaron en el transcurso de sus fiestas de bebedores, señalan los autores. El estudio muestra que el contacto intercultural es un proceso dinámico y demuestra lo fácil que es para los recipientes desconocidos realizar nuevas funciones y adquirir nuevos significados.
La cera de abejas estaba presente en alrededor del 50% de los recipientes de cerámica locales, posiblemente indicando que la hidromiel era una bebida fermentada popular o que a los celtas tempranos les gustaba endulzar sus bebidas con miel.
Los autores señalan que los alimentos comunes como el trigo, la cebada y el centeno podrían haber estado presentes en los recipientes, pero su análisis no pudo detectarse siglos más tarde. A pesar de esta limitación, el estudio arroja nueva luz sobre el papel de la comida y bebida mediterránea importada para ayudar a dar forma a las prácticas de banquete celtas tempranas y demuestra el potencial de este tipo de análisis molecular también para otros sitios arqueológicos.
Los autores agregan: "Los celtas de la Edad del Hierro no solo bebieron vino griego importado de su cerámica griega importada. También utilizaron recipientes extranjeros a su manera para beber diferentes tipos de cerveza local, como han demostrado los análisis de residuos orgánicos".