MADRID, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) han confirmado que la alimentación consciente y el entrenamiento del cerebro son dos claves para el éxito de una dieta, ya que han demostrado que no solo es cuestión de fuerza de voluntad sino también de funcionamiento neuronal.
Así lo ha puesto de manifiesto el estudio 'Prefronto-cerebellar neuromodulation affects appetite in obesity', realizado por investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y las universidades de Harvard y Nueva York, que ha evidenciado que la red del cerebro que está implicada en lo que los neurocientíficos llaman control cognitivo juega un papel fundamental.
El subdirector de investigación de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, Diego Redolar, ha afirmado que existen diferentes regiones cerebrales se activan cuando algo nos gusta porque supone un estímulo que nos gratifica y activa el sustrato nervioso del refuerzo. "Muchos alimentos generan la activación de ese sustrato. El que más, la glucosa. Es el equivalente a la activación que provoca la cocaína. Entre otras sustancias se liberan dopamina y serotonina", ha señalado.
Por otro lado, ha añadido que hay otra red en el cerebro implicada que han llamado control cognitivo, que se trata de un conjunto de funciones que son las que jerárquicamente están por encima de las demás. "Se manifiesta cuando hay que tomar decisiones, elegir la opción más adecuada o buscar la estrategia que más se ajuste para resolver un problema, y todo esto es lo que llamamos control cognitivo, que nos diferencia de otros animales. Esto depende fundamentalmente de una estructura que se llama corteza prefrontal dorsolateral", ha indicado Redolar.
El resultado del estudio ha determinado que al aumentar el control cognitivo, los participantes en el estudio se decantaban por alimentos más saludables. "Aunque la obesidad tiene muchas causas, una de ellas es el que el sistema del refuerzo está descontrolado y las personas se dejan llevar exclusivamente por él, por lo que no tienen control sobre su propia conducta, algo que ocurre en otras adicciones. Pero aumentando la activación de la corteza prefrontal dorsolateral se consiguen dos cosas: que tengan más control sobre su propia conducta y que disminuya el deseo por el alimento que se quiere evitar", ha explicado.
Además de estos dos circuitos, también influye la parte emocional, ya que hay una relación muy directa entre emociones e ingesta. Como explica Marta Calderero, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, las investigaciones muestran que la adicción a los alimentos altamente apetecibles se ve muy afectada por la impulsividad y el estado de ánimo. "El estrés crónico puede afectar negativamente al funcionamiento del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, influyendo así en el comportamiento alimentario y aumentando el deseo de consumir alimentos muy apetecibles", ha apuntado.
Los investigadores han ofrecido una serie de recomendaciones para entrenar al cerebro y no interferir en la pérdida de peso, como practicar la alimentación "consciente". "Las investigaciones demuestran que las personas con problemas de alimentación no suelen prestar atención a si realmente tienen hambre cuando comen. En ellas, puede resultar eficaz el mindful eating, a través del que se logra aumentar la conciencia durante la comida percibiendo realmente los niveles de hambre", advierte la profesora colaboradora de la UOC.
Asimismo, también aconsejan identificar emociones, romper asociaciones con la comida y dejar alimentos poco saludables fuera de la vista.