MADRID/VALLADOLID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de Valladolid (UVA) en Soria ha revelado que el 41,1 por ciento de los universitarios muestra una adhesión alta a la dieta mediterránea, que se caracteriza por un alto contenido en frutas, verduras, cereales, legumbres, frutos secos y pescado, entre otros alimentos.
DIETA MEDITERRÁNEA EN UNIVERSITARIOS
El trabajo, cuyos resultados publica la revista 'Nutrición Hospitalaria', ha sido realizado por las escuelas universitarias de Fisioterapia, Enfermería y Educación de la UVA en Soria y el Centro de Alto Rendimiento y Promoción Deportiva (CAEP).
Según ha explicado Lucía Pérez, primera autora del estudio, en España son varios los trabajos que abordan los temas de alimentación y estilo de vida y demuestran que éstos son una estrategia eficaz para la prevención de enfermedades crónicas. Sin embargo, apunta, "no abundan las publicaciones científicas donde se pueda observar cómo repercute el tipo de formación universitaria sobre los hábitos alimentarios y la calidad de la dieta".
En este caso, contaron con la participación de 77 estudiantes (el 80,3% mujeres) que se sometieron a un cuestionario sobre datos socio-biográficos, el test denominado KIDMED (un test que consta de 16 preguntas que se apoyan en los principios de la DM), y de quienes se registró su ingesta de alimentos durante una semana.
La mitad de los participantes (37) eran estudiantes en Ciencias de la Salud, y los otros 40 pertenecían a otras carreras. Los resultados obtenidos no muestran diferencias entre sexos al comparar los porcentajes de adhesión a la dieta mediterránea, pero sí entre estudiantes de Ciencias de la Salud y de otras carreras, con unos porcentajes de adhesión alta del 51,4 por ciento en el primer caso y del 30,8 por ciento en el segundo.
No obstante, los investigadores indican que "es posible que en este tipo de encuestas, donde los participantes deben anotar la ingesta diaria durante siete días, el comportamiento de algunos de los participantes trate de ajustarse a las recomendaciones, lo que, en parte, podría justificar la diferencia de consumo de alcohol, por ejemplo, observada entre los grupos de Ciencias de la Salud y los grupos de otras titulaciones".
Los investigadores han estimado además la ingesta de energía y nutrientes. En cuanto al número medio de comidas, los encuestados realizaron una media de 3,8 al día pero no se observaron diferencias significativas por sexos ni entre los grupos en función de la titulación.
LOS PACIENTES CON SOBREPESO COMEN MENOS VECES AL DÍA
Sin embargo, el número medio de ingestas diarias realizadas entre los individuos con peso normal fue superior al del grupo con sobrepeso y en muy pocos casos "los encuestados llegaron a realizar las cinco comidas diarias recomendadas", apunta el estudio.
Asimismo, los encuestados no alcanzaron las frecuencias de consumo recomendado para la mayoría de los alimentos que constituyen la base de la pirámide de la dieta mediterránea como los cereales, frutas, verduras, legumbres y frutos secos, mientras que el consumo de carne grasa y dulces fue superior al recomendado.
El promedio del consumo de calorías fue inferior al promedio de los requerimientos y en el 73,2 por ciento de los estudiantes estaba por debajo del 80 por ciento de la ingesta recomendada, según grupo de edad y sexo.
"Esto podría atribuirse al excesivo cuidado, en estas edades, por conseguir una imagen corporal delgada de acuerdo a los cánones de estética actual, siendo el sexo femenino el más afectado como muestran nuestros resultados", señalan los investigadores.
HÁBITOS ALIMENTARIOS
Los resultados del trabajo han permitido concluir que los estudiantes encuestados, con independencia de su perfil académico, "siguen una dieta hipocalórica con mayor consumo de proteínas y de grasas de las recomendadas y menor de hidratos de carbono y fibra, lo que se refleja en el aporte insuficiente de algunas vitaminas y minerales".
Del mismo modo, "aquellos estudiantes cuyos hábitos alimentarios se acercan a las ingestas diarias recomendadas muestran un índice de masa corporal (IMC) más saludables" y que la proporción de estudiantes que no proceden de grados de Ciencias de la Salud que necesitan modificar sus hábitos en alimentación para adecuarlos a los patrones de la dieta mediterránea "supera a la de los de otras titulaciones".
Estas observaciones sugieren que los estudiantes de Ciencias de la Salud, debido a su formación en Alimentación y Salud, "pueden dar respuestas adecuadas a cuestiones sobre una alimentación saludable, pero que, no en todos los casos, esos conocimientos se llevan a la práctica en su comportamiento diario", finalizan.