Cocina saludable al ritmo de las estaciones: Las 11 verduras de esta primavera

Verduras
OKSANA BRATANOVA/GETTY
Actualizado: sábado, 29 abril 2017 12:00

   MADRID, 29 Abr. (EDIZIONES) -

   Nos alimentamos mejor cuando comemos en consonancia con la naturaleza. Cuanto más presente esté ésta en el plato, más placentero será. Es la mejor manera de estar en forma y de mantenerse sano, los productos son más frescos, y por tanto, más saludables, según defienden en 'Verduras de temporada' (Lunwerg).

   "Por eso, siempre es conveniente conocer cuáles son las mejores verduras de la temporada, las más beneficiosas para nuestra salud, con el objetivo de elaborar recetas sanas, fáciles y rápidas que nos permitan fomentar una alimentación saludable", defienden sus autores.

   Por eso, aquí detallan cuáles pueden ser las mejores verduras de la primavera:

   . La zanahoria: Estimula el apetito y es anticancerígena, según la OMS, por su alto contenido en carotenoides. Además, contiene gran cantidad de potasio y fósforo, y de betacaroteno, lo que la hace infalible para reforzar la memoria cansada, las uñas y el pelo; asimismo tiene un alto contenido en fibra y de agua, por lo que ayuda a combatir el estreñimiento y a orinar. Es buena para la salud ocular y además tiene una gran cantidad de antioxidantes.

   A la hora de comprarlas aconsejan seleccionar las más firmes, de color naranja intenso con tonos rojizos. Si se compran en manojo, las hojas deben estar fuertes y muy verdes. Cruda, hervida, salada o dulce, la zanahoria se presta a todo tipo de preparaciones. Con ella se podrán elaborar zumos vitamínicos, ensaladas, sopas e incluso risottos o tabulés . Puede también comerse asada o en una tarta salada.

   . Las judías verdes: Es una legumbre típica de la primavera y el verano, aunque se puede consumir el resto del año de invernadero. Se caracterizan por su alto contenido en fibra, por su baja cantidad de calorías y grasas, y por su aporte de minerales como el calcio, potasio o magnesio y de vitaminas A, C, B6 y B2.

   Ya sean redondas, planas o amarillas, las judías deben tener un color vivo y uniforme, y en ningún caso estar resecas o manchadas. Un pequeño truco para saber si están bien frescas es al partirlas en dos deben soltar una gotita de agua por donde se han partido. Deben preferirse aquellas judías más finas, pues probablemente contendrán menos hilos. Pueden conservarse al menos cuatro días en el cajón de las verduras de la nevera. Una vez hervidas o cocinadas al vapor, las judías pueden degustarse frías, en ensalada, con un pellizco de perejil, perifollo o cebollino.

    . El nabo: Aunque existan más de 30 variedades de nabos en el mundo, el más común sigue siendo el nabo redondo, de color blanco, con el cuello púrpura. También están os bonitos nabos amarillos, de piel dorada y carne fina y tierna. Es mejor comprar nabos pequeños (habitualmente los más grandes son fibrosos y duros), bien firmes, pesados, con la piel lisa y sin manchas ni golpes. Se conservan varios días en un lugar fresco. Pequeños y jóvenes, los nabos pueden consumirse crudos y rallados, como las zanahorias. También pueden prepararse en sopa o puré, con patatas, o añadirlos a un guiso. Este vegetal es característico por su altísimo contenido en antioxidantes, vitaminas y minerales, y bajo aporte calórico y en hidratos de carbono. Es ideal en casos de estreñimiento, para fortalecer los huesos y para la retención de líquidos.

   . El rábano: Originario de china, este pequeño vegetal es rico en fibra e hidratos de carbono, también cuenta con un escaso contenido de calorías, es anticancerígeno y es diurético. Se caracteriza también por su gran aporte de vitaminas, especialmente la C, y minerales como el fósforo o el potasio.

   Ya sea más o menos alargado, tenga el cuello rojo o blanco, el rábano debe ser firme, liso y sin golpes, y sus hojas deben estar frescas y muy verdes. Por lo general, en Francia el rábano se consume con pan untado con mantequilla y una pizca de sal, pero puede remplazarse la mantequilla por requesón espolvoreado con cebollino o preparar unas minibrochetas de aperitivo con queso comté en dados y tomates cherry. El rábano también puede consumirse en ensalada con otros vegetales. Las hojas, cocidas, pueden usarse para preparar sabrosos potajes.

. La lechuga: Debe estar resplandeciente, de un verde brillante y sin hojas amarillentas o marchitas. Éstas deben ser las características de una buena lechuga. Comprueba también que la base está blanca y no reseca. Delicada, debe consumirse rápidamente tras su compra y es primordial conservarla en el cajón de las verduras de la nevera. Una vez escogida y lavada (evita sumergirla en agua, pues perdería sus vitaminas), la lechuga combina estupendamente con cualquier salsa. Puede utilizarse de entrante, aliñada con vinagreta y con un pellizco de albahaca o perifollo. Es la base de sabrosas ensaladas completas. Tiene niveles altos de vitamina K y tiene poca cantidad de calorías.

   . La coliflor: Es la 'prima' del brócoli verde. Es antiinflamatoria y rica en antioxidantes, además puede mejorar la salud del cerebro y del corazón. Es miembro de la familia de los vegetales crucíferos que combaten el cáncer. Contiene el 77% del valor diario recomendado de vitamina C. Además, contiene vitamina K, betacaroteno y apoya la digestión saludable y la desintoxicación. Es una fuente importante de fibra alimentaria. Comer coliflor es como ganar la lotería de antioxidantes y fitonutrientes.

   . El brócoli: El brócoli contiene fitoquímicos que han mostrado ser benéficos para la artritis, el cáncer, salud del sistema inmunológico, niveles de presión arterial, visión, salud de la piel, problemas de azúcar en la sangre y muchos más. Comer brócoli crudo a diferencia de cocinado, ayudará a proteger sus nutrientes: el germinado de brócoli es incluso una manera más potente nutricionalmente de disfrutar el brócoli. Usted puede cultivar a un bajo costo su propio germinado de brócoli en casa y en solo unos días. Destaca por su alto contenido en vitamina B9, vitamina C y vitamina K.

   . La rúcula: Dicen que es el alimento ideal para luchar contra la anemia por su alto contenido en hierro. Ayuda a mantener unos niveles de glóbulos rojos adecuados y necesarios para el correcto funcionamiento del organismo. Tiene altas cantidades de vitamina C, betacarotenos y vitamina A. Junto a estos minerales, combinados con la vitamina C hace que el hierro sea mejor asimilado por el cuerpo. Igualmente, tiene un alto contenido en fibra y, además, su gran aroma hace que esta planta contenga una serie de ácidos que ayudan a estimular la secreción de jugos gástricos y así ayudar al estómago a realizar mucho mejor la digestión.

. La cebolleta: A veces se confunde con la cebolla, pero no son lo mismo. De aspecto parecido al puerro o al cebollino, cuenta con un escaso aporte calórico. El 90% del mismo es agua. Asimismo destaca por su alto aporte en fibra, minerales y vitaminas. Contiene potasio, magnesio y fósforo. Son ricas en vitaminas del grupo B y presentan abundantes antioxidantes.

   . El apio: No contiene nada de grasa y una cantidad mínima de carbohidratos. Se caracteriza por su gran cantidad de agua (95%). Ayuda a prevenir el cáncer de colon y de estómago. Es hidratante y tiene altas propiedades diuréticas. Igualmente, puede tener propiedades antiinflamatorias, y colabora en el control de la presión arterial y en el control del insomnio.

   . Los guisantes: Es un alimento muy pequeño pero que aporta una gran cantidad de vitaminas A, vitamina C, tiamina y ácido fólico, así como minerales (manganeso, zinc, cobre, sodio, potasio, hierro y fósforo), tiene una gran cantidad de fibra, por lo que es vital para ir al baño muchas veces y combatir el estreñimiento. Además, son una fuente de proteína vegetal, aunque para que realicen un aporte completo es necesario mezclarlas con cereales. A su vez, reducen los niveles de colesterol alto. También cuenta con antioxidantes esenciales para la salud visual.