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MADRID, 22 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores han descubierto que el cáncer de mama puede desincronizar los ritmos diarios de la principal hormona del estrés, incluso antes de que los tumores sean detectables. Este hallazgo podría explicar por qué muchos pacientes experimentan insomnio, ansiedad y una calidad de vida reducida.
El estudio sugiere que restaurar estos ritmos naturales podría activar el sistema inmunitario para combatir el cáncer de forma más eficaz. Mantener el equilibrio hormonal podría convertirse en una estrategia complementaria para mejorar las terapias existentes y reducir sus efectos secundarios.
RITMOS HORMONALES Y CÁNCER DE MAMA
El Laboratorio de Cold Spring Harbor (Estados Unidos) ha descubierto que el cáncer de mama altera los ritmos diurnos (día-noche) de los niveles de corticosterona, en un estudio en ratones. La corticosterona es la principal hormona del estrés en roedores. En humanos, es el cortisol.
Normalmente, los niveles suben y bajan de forma natural a lo largo del día. En el cáncer de mama, el equipo descubrió que los tumores inhiben la liberación de corticosterona, lo que reduce la calidad de vida y aumenta la mortalidad. El trabajo se publica en 'Neuron'.
Las alteraciones de nuestros propios ritmos diurnos se han vinculado a respuestas al estrés como el insomnio y la ansiedad, ambos comunes en pacientes con cáncer. El cuerpo depende de un circuito de retroalimentación llamado eje HPA para mantener niveles saludables de la hormona del estrés. El hipotálamo (H), la glándula pituitaria (P) y las glándulas suprarrenales (A) trabajan juntas para asegurar ritmos regulares entre el día y la noche.
CÓMO EL CEREBRO Y EL SISTEMA INMUNITARIO SE VEN AFECTADOS
"El cerebro es un sensor exquisito de lo que ocurre en el cuerpo", comenta Jeremy Borniger, profesor adjunto del Laboratorio de Cold Spring Harbor. "Pero requiere equilibrio. Las neuronas necesitan estar activas o inactivas en los momentos adecuados. Si ese ritmo se desincroniza, aunque sea mínimamente, puede alterar la función de todo el cerebro".
En este estudio, Borniger se sorprendió al descubrir que, en ratones, el cáncer de mama puede alterar estos ritmos antes de que los tumores se afiancen: "Incluso antes de que los tumores fueran palpables, observamos una disminución de entre el 40% y el 50% de este ritmo de corticosterona", informa. "Pudimos observar que esto sucedía a los tres días de inducir el cáncer, lo cual fue muy interesante".
Cuando el equipo examinó el hipotálamo, observó que las neuronas clave se encontraban bloqueadas en un estado hiperactivo, pero de baja producción. Una vez que el equipo estimuló estas neuronas para imitar el ciclo diurno-nocturno normal del ratón, se reanudaron los ritmos regulares de la hormona del estrés. El ajuste impulsó a las células inmunitarias anticancerígenas hacia los tumores de mama, lo que provocó su reducción significativa.
IMPLICACIONES PARA LA MEDICINA Y EL TRATAMIENTO
"Aplicar este ritmo en el momento adecuado del día aumentó la capacidad del sistema inmunitario para eliminar el cáncer, lo cual es muy extraño, y aún estamos tratando de entender cómo funciona exactamente. Lo interesante es que, si aplicamos la misma estimulación en el momento equivocado del día, ya no tiene este efecto. Por lo tanto, es realmente necesario mantener este ritmo en el momento adecuado para obtener este efecto anticancerígeno", explica.
El equipo investiga ahora exactamente cómo los tumores alteran los ritmos saludables del cuerpo. Borniger espera que su trabajo pueda algún día contribuir a reforzar las terapias existentes. "Lo realmente genial es que no tratamos a los ratones con medicamentos anticancerígenos", apunta.
"Nos centramos en asegurarnos de que el paciente esté lo más sano posible fisiológicamente. Eso, por sí solo, combate el cáncer. Esto podría algún día ayudar a aumentar la eficacia de las estrategias de tratamiento existentes y reducir significativamente la toxicidad de muchas de estas terapias".