MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
La soledad y el aislamiento social deteriora la salud al elevar los niveles de las hormonas del estrés, y "puede incrementar el riesgo de sufrir un ataque cardiaco o de desarrollar artritis, diabetes tipo 2, demencia senil", según Conchita García, médico de la Dirección Asistencial de Sanitas Mayores.
Además, según la doctora "el riesgo de mortalidad prematura aumenta un 26 por ciento en personas que sienten soledad, un 29 por ciento en personas con aislamiento social y un 32 por ciento en las que viven solas".
Son varias las investigaciones que recogen las consecuencias de vivir en soledad. Así, existe un estudio1 que relaciona la depresión, la soledad y el deterioro cognitivo, según señalan desde Sanitas.
"Según se desprende del mismo, la soledad se asocia con un deterioro de la función cognitiva, mientras que otro informe demuestra que ésta tiene efectos fisiológicos en nuestro organismo y que el aislamiento es uno de los grandes riesgos de la salud de la época actual", ha apuntado la doctora.
Por perfil de población, existen diferencias en función del sexo, pues "investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid aseguran que es más fuerte en hombres que en mujeres. Las mujeres tienden a admitir más fácilmente el sentimiento de soledad, mientras que los hombres reconocen sentirse solos cuando esta situación se da de forma más severa", según García.
BENEFICIOS DE LA SOCIALIZACIÓN
La doctora ha recordado que la socialización ayuda a un aumento de la esperanza de vida, ya que según estudios realizados por Diane Papalia (2005), las personas mayores que tienen poco o nulo contacto social, tienen más posibilidades de morir en el corto plazo, mientras que para quienes mantienen una vida social activa, su esperanza de vida es mayor.
A su vez, disminuye el sentimiento de soledad, puesto que el hecho de hacer amigos y fomentar la socialización hace que este sentimiento se reduzca. Al forjar relaciones interpersonales con otros adultos mayores comparten experiencias y se dan cuenta de que no son los únicos viviendo en esta etapa.
También, mejora del bienestar, tanto físico como emocional, pues la socialización tiene efectos positivos en patologías relacionadas con dolores articulares y en el control de ciertas enfermedades crónicas como la hipertensión arterial y la diabetes. Además, previene ciertas patologías como la ansiedad y la depresión. Por último, la especialista ha asegurado que mejora general de la calidad de vida, y ayuda a mantener de una mente activa.
"Al encontrarse más activos, tanto física como cognitivamente, y fomentando las relaciones sociales, se disminuye el aislamiento, lo que mejora de esta forma su calidad de vida", ha explicado la doctora.