MADRID, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España (CEAFA) y el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM)han recordado que los tratamientos que ellos proporcionan mejoran la calidad de vida del paciente con Alzheimer.
En este sentido, el secretario general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, José Santos, ha declarado que existen tres fases que caracterizan su evolución y "en las que la fisioterapia puede aportar diferentes beneficios que contribuyen a la mejora y mantenimiento de su calidad de vida".
Asimismo, desde CEAFA han señalado que el "Alzheimer, más que una enfermedad, es un problema de enorme magnitud, que trasciende el ámbito sociosanitario e invade todos los órdenes de la sociedad". Además, con motivo del Día Mundial del Alzheimer, que se celebra este jueves, se unen a la Confederación Española de Familiares de Personas con Alzheimer y otras demencias (CEAFA), para concienciar a la sociedad, apoyando su lema 'Sigo siendo yo'.
Ambas entidades recuerdan la importancia de la fisioterapia para mejorar la autonomía y calidad de vida del paciente, ayudar al cuidador en un manejo adecuado del enfermo o darle un respiro en sus cuidados; e, igualmente, intentar retrasar el avance de la enfermedad y el deterioro físico y emocional, tanto del enfermo como de sus familiares.
De esta forma, el fisioterapeuta debe formar parte de los equipos multidisciplinares sanitarios, para una intervención lo más integral posible dentro del tratamiento de esta enfermedad.
EL FISIOTERAPIA AYUDA EN LAS DISTINTAS FASES DE LA ENFERMEDAD
Santos destaca la intervención de los profesionales en tres fases de la enfermedad, siempre teniendo en cuenta las técnicas que deben aplicarse, aunque señala que "no se recomienda en ningún caso la aplicación de técnicas como la electroterapia en este tipo de enfermos, ya que puede producir alteraciones sensitivas".
Por ello, la primera etapa de la enfermedad no suelen presentarse graves problemas que requieran de tratamiento fisioterapéutico, pero se puede contribuir a mantener el nivel de independencia del enfermo durante el mayor tiempo posible con ejercicios de relajación, masaje, musicoterapia o hidroterapia.
Durante la segunda fase de la enfermedad, se trabaja además con tratamiento postural, realizando con el paciente ejercicios flexibilizantes de columna y tórax, ejercicios de potenciación muscular, de autocorrección de la columna y fisioterapia respiratoria; con el objetivo de profundizar el tratamiento iniciado en la fase anterior.
Finalmente, en la tercera fase de la enfermedad, caracterizada por una situación postrera del enfermo, la fisioterapia puede contribuir a hacer que el paciente en esta situación cuente con la mejor calidad de vida posible.