MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las caídas son una de las causas más frecuentes de discapacidad y fragilidad en las personas mayores, según ha informado Sanitas Residencial con motivo de la celebración, este jueves, del Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
La Organización Mundial de Salud (OMS) define la caída como cualquier acontecimiento involuntario que hace perder el equilibrio y dar con el cuerpo en tierra u otra superficie firme que lo detenga. Se trata de uno de los problemas más frecuentes en la población mayor ya que, según estudios recientes del Sistema Nacional de Salud (SNS), alrededor de un 30 por ciento de los mayores de 65 años y un 50 por ciento de los mayores de 80 años que viven en comunidad se cae, al menos, una vez al año.
"La caída es, por tanto, un factor de riesgo para sufrir nuevas caídas. Incluso puede provocar el denominado síndrome del temor a caerse que supone el inicio de la discapacidad en el anciano. La causas son múltiples, muchas veces no existe una causa evidente. Por eso hay que intentar minimizar las causas detectables externas como calzado inadecuado, muebles, alfombras o suelos resbaladizos y las causas intrínsecas de la persona como medicaciones o patologías crónicas", ha comentado el jefe de Gestión Asistencial de Sanitas Residencial, David Curto.
De hecho, según datos del SNS, más de un 70 por ciento tiene consecuencias clínicas como fracturas, heridas o esguinces y más de la mitad presenta secuelas posteriormente. Además, el 50 por ciento de las personas que sufren una fractura por una caída no recupera el nivel funcional previo, y una de cada diez caídas genera lesiones graves que incluyen la fractura de cadera.
PREVENCIÓN PERSONALIZADA
Por todo ello, Sanitas Residencial ha establecido una serie de recomendaciones. Así, en población mayor de 65 años con un estado saludable, ha asegurado que mantener una actividad física habitual y una alimentación equilibrada son dos hábitos que protegen de sufrir caídas, mientras que en el caso de los mayores de 65 años con un estado de salud frágil, se requiere un abordaje personalizado con acciones concretas para cada caso.
"No existe un método único para prevenir las caídas. Es muy importante un enfoque centrado en la persona porque cada persona tiene sus propias causas y/o factores de riesgo. Además de un enfoque interdisciplinar, en el que diferentes profesionales deben decidir lo mejor para la persona", ha añadido Curto.
En concreto, prosigue, en la evaluación de riesgos de caída se tienen en cuenta factores como haber sufrido caídas previas, trastornos de la marcha o el equilibrio, el estado de nutrición e hidratación, la medicación así como el estado del hogar.
Es importante también abordar cuadros clínicos específicos y enfermedades crónicas frecuentes en esta edad como depresión, diabetes, osteoporosis o artrosis. En base a la valoración de riesgos, tres son las principales líneas de prevención: programa de actividad física que trabaje la resistencia aeróbica; la flexibilidad; el equilibrio, la fuerza o la potencia muscular.
"Caminar, pedalear o incluso ejercicios de la vida diaria como levantarse, agacharse o subir y bajar escaleras mejoran la resistencia aeróbica. Los estiramientos, el yoga y el pilates son buenos para trabajar la flexibilidad y el equilibrio", ha recomendado Curto.
Del mismo modo, el experto ha subrayado la importancia de ajustar la medicación tanto para revisar la polimedicación o consumo de cinco o más fármacos al día, como para corregir posibles prescripciones inadecuadas.
"La polifarmacia y el nivel de prescripción inadecuada, que también es elevado a esta edad, son dos factores de riesgo. Por ejemplo, pasar de cinco a cuatro medicamentos, siempre que se pueda, o ajustar determinados tipos, como los antihistamínicos, contribuye a disminuir el riesgo", ha enfatizado Curto, para zanjar advirtiendo de que "más del 50 por ciento y hasta el 70 por ciento de las caídas se produce en casa".