MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una importante novedad sobre cómo funciona el virus de la hepatitis B podría abrir el camino para nuevos tratamientos farmacológicos para la infección, que es la principal causa de cáncer de hígado en todo el mundo. El equipo de las universidades de York y Leeds, en Reino Unido, identificó un "código de ensamblaje" en el material genético del virus de la hepatitis B que le permite crear una carcasa protectora en la que puede producir nuevas partículas de virus infecciosos.
Los investigadores encontraron que la señal, generada por el ácido ribonucleico (ARN), ayuda a las proteínas virales a superar un "problema de ingeniería", reuniéndolas en un patrón geométrico particular. "Es un poco como la cadena en una bicicleta, si no montamos la cadena en los piñones, se enreda y no funciona. Una vez montada correctamente, conecta los pedales con las ruedas permitiendo que las partes componentes trabajen juntas", pone como ejemplo el profesor Reidun Twarock, biólogo matemático del Departamento de Matemáticas y Biología de la Universidad de York.
Y añade: "Vemos que el mismo proceso sucede entre las señales de ARN de la hepatitis B y las proteínas virales. Las proteínas son atraídas por estas señales, que luego promueven su ensamblaje en una máquina molecular precisa que permite al virus producir una copia de ADN de su material genético y, por lo tanto, se vuelven infecciosas".
HACIA POSIBLES MEDICAMENTOS CONTRA LA REPLICACIÓN VIRAL
El virus se transmite a través de la sangre y fluidos corporales. Se cree que más de 2.000 millones de personas han sido infectadas en todo el mundo y alrededor de 350 millones de personas siguen siendo portadoras de la infección, que puede, con el tiempo, llevar a sus muertes. El virus se da en Europa, pero es mucho más común en partes de Asia, especialmente China y África. Hay más de un millón de personas infectadas en Estados Unidos, donde los tratamientos pueden incluir medicamentos caros e incluso trasplante de hígado.
El profesor Peter Stockley, virolista estructural del Centro Astbury de la Universidad de Leeds, subraya: "Hay una vacuna para el virus, pero una vez que tienes la enfermedad no hay ningún tratamiento, además de los medicamentos que pueden reducir los síntomas, pero no cambian la perspectiva a largo plazo".
"A menudo comparamos la enfermedad con el VIH debido a la forma en que el virus se transmite de persona a persona, pero a diferencia del VIH no hay medicamentos eficaces para mejorar los resultados de calidad de vida. Ahora que sabemos cómo se reúne el virus, es posible interrumpir las interacciones con las señales de ARN, un poco como cuando una ramita se enreda en el piñón de una bicicleta, golpeando la cadena", añade.
Los investigadores ya están colaborando con un equipo de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos para identificar potenciales candidatos a fármacos que sean capaces de romper el vínculo entre el ARN y las proteínas, lo que debería detener la replicación viral.