El laboratorio británico planea dividirse en dos empresas en un plazo de tres años con la salida a Bolsa de la 'joint venture'
LONDRES, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -
El laboratorio británico GlaxoSmithKline (GSK) ha llegado a un acuerdo con su homólogo estadounidense Pfizer para fusionar sus respectivos negocios de medicamentos sin receta en una sociedad conjunta, que con 9.800 millones de libras (10.870 millones de euros) en ventas anuales, sería líder mundial del sector, según informaron las farmacéuticas.
Según los términos de la transacción, que se cerraría en la segunda mitad de 2019 a la espera de recibir el visto bueno de los accionistas de GSK, el laboratorio británico contará con una participación del 68% en la 'joint venture', así como con seis puestos en su consejo, mientras la estadounidense controlará el 32% restante y nombrará a tres consejeros.
La operación se llevará a cabo "completamente en acciones" y permitirá agrupar marcas como 'Sensodyne', 'Voltaren' y 'Panadol', propiedad de GSK, con las aportadas por Pfizer, incluyendo 'Advil', 'Centrum' y 'Caltrate'.
A través de esta alianza, GSK espera generar "sustanciales ahorros de costes", que cifra en unos 500 millones de libras (555 millones de euros) anuales hasta 2022, mientras que prevé asumir un impacto extraordinario de unos 900 millones de libras (998 millones de euros) en metálico y de otros 300 millones de libras (333 millones de euros) en cargas distintas al efectivo.
Además, la farmacéutica británica tiene previsto destinar hasta 1.000 millones de libras (1.109 millones de euros) procedentes de desinversiones a cubrir los costes previstos de la integración, añadiendo que reinvertirá en su actividad hasta el 25% del ahorro de costes generado con la fusión para impulsar la innovación y aprovechar otras oportunidades de crecimiento.
Por su parte, Pfizer calcula que la operación permitirá reducir en 650 millones de dólares (570 millones de euros) sus costes, añadiendo que, al controlar menos del 50% de la sociedad, desconsolidará esta de sus cuentas una vez completada la fusión, lo que tendrá un ligero impulso positivo en los márgenes operativos de la compañía durante los próximos años.
"Nuestro objetivo final es crear dos empresas globales excepcionales con sede en Reino Unido y adecuadas estructuras de capital, bien posicionadas para ofrecer mejores rentabilidades a los accionistas y beneficios significativos a pacientes y consumidores", declaró Emma Walmsley, consejera delegada de GSK.
En este sentido, Walmsley ha subrayado que la separación prevista del negocio en el futuro ofrece una clara hoja de ruta para que GSK cree una nueva compañía global en el negocio farmacéutico y de vacunas, enfocando su investigación y desarrollo hacia áreas como el sistema inmunológico, la genética y el uso de tecnologías avanzadas, así como un nuevo líder mundial en medicamentos sin receta.
"La fusión de estos negocios líderes con distintas fortalezas en regiones y categorías será más sostenible y tendrá mayor alcance que cualquiera de las dos empresas individualmente", añadió, por su lado, el director de operaciones y consejero delegado entrante de la estadounidense, Albert Bourla.
SALIDA A BOLSA
Además, el laboratorio británico ha adelantado su intención de hacer cotizar en la Bolsa de Londres su participación en la sociedad conjunta en el plazo de los tres años siguientes al cierre de la transacción, mientras Pfizer contará con la opción de tomar parte mediante la distribución de sus acciones entre sus partícipes o la venta de su paquete accionarial realizando al mismo tiempo una Oferta Pública Inicial (OPI).
"GSK tendrá el derecho exclusivo de decidir si y cuándo iniciar un proceso de separación y salida a Bolsa en los cinco años posteriores al cierre de la transacción", indicó el laboratorio británico, añadiendo que también mantiene la potestad de vender la totalidad o parte de su participación en la sociedad a través de un OPI.
Una vez transcurridos cinco años del cierre de la fusión, tanto GSK como Pfizer tendrán el derecho de decidir cuándo iniciar un proceso de separación y salida a Bolsa de la 'joint venture'.
La transacción propuesta está sujeta a la autorización por parte de los accionistas de GSK y está condicionada al visto bueno de los reguladores de competencia. El laboratorio británico se ha comprometido a pagar a Pfizer una indemnización de 900 millones de dólares (789 millones de euros) en caso de que su consejo de administración cambie su actual recomendación de la operación o si los accionistas de GSK no la aprobasen antes del 30 de septiembre de 2019, así como en caso de que su autorización por parte de los reguladores no llegara antes del 31 de marzo de 2020.