MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
La ecografía 3D dotada con inteligencia anatómica de Philips permite una detección precoz y fiable de los cambios en la función cardiaca que pueden provocar algunas técnicas y medicamentos utilizados en el tratamiento del cáncer y, de este modo, facilitar la toma de decisiones para evitar futuros daños cardiacos, según han informado desde la compañía.
"Los cardiólogos deben realizar un seguimiento periódico de la función cardiaca a los pacientes oncológicos y para ello deben utilizar tecnologías de cuantificación avanzada, para que sea más sencillo advertir los pequeños cambios precozmente y prevenir futuros problemas", han asegurado. La compañía Philips, con HeartModel, ofrece este servicio que permite reducir los tiempos de exploración de un estudio ecocardiógrafo, lo que permite atender a más pacientes en menos tiempo y ayuda a reducir las listas de espera.
La función ventricular izquierda es uno de los principales parámetros que miden los cardiólogos para comprobar si el corazón está sufriendo daños a causa de la quimioterapia. "La técnica habitual es la ecocardiografía bidimensional pero esta técnica tiene limitaciones con respecto a su reproducibilidad en muchas situaciones. Con este dato se toman decisiones clínicas sobre el tratamiento oncológico, por eso necesitamos una cuantificación más reproducible y en ese sentido la cuantificación mediante ecocardiografía tridimensional es actualmente el método recomendado para el seguimiento de pacientes oncológicos", ha explicado la doctora del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario La Paz de Madrid, Teresa López Fernández.
El porcentaje de curación de los pacientes a los que se les diagnostica a tiempo un daño cardiaco es muy elevado, y los posibles retrasos en el diagnóstico o en el inicio del tratamiento reducen de forma importante las opciones de mejoría de función ventricular y se asocian con un riesgo elevado de eventos cardiovasculares en el seguimiento.
Por ello, "los profesionales de la cardioncología apuestan por nuevas tecnologías como la ecografía en 3D con inteligencia anatómica, que gracias a su gran reproducibilidad, permiten una mayor claridad en el diagnóstico y un tratamiento precoz con medicamentos que no son especialmente costosos", han explicado. "Los resultados de los primeros estudios han demostrado que los fármacos habituales empleados en pacientes con insuficiencia cardiaca (betabloqueantes, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECAs)) son eficaces en la prevención de cardiotoxicidad por quimioterapia", ha informado López.
Algunos de los problemas cardiacos más frecuentes son el desarrollo de disfunción ventricular izquierda, hipertensión, arritmias y cardiopatía isquémica. Estas secuelas serían evitables "si cambiamos la forma de enfocar el manejo de pacientes oncológicos. Los pacientes cáncer son una población de alto riesgo cardiovascular (el 60% de los tumores se producen en pacientes mayores de 65 años) y precisa un enfoque multidisciplinar desde unidades de Cardio-Oncología. Es necesario realizar un control estricto de los factores de riesgo cardiovascular y una correcta monitorización del tratamiento, ajustada al esquema terapéutico empleado", ha afirmado López.
'DE LA PREVENCIÓN AL TRATAMIENTO'
Este tema se tratará en el curso 'Cardio-oncología: de la prevención al tratamiento', que se va a celebrar el 19 y 20 de febrero en Santiago de Compostela. El curso está bajo la dirección del doctor José Ramón Gonzákez Juanatey, del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago, y el doctor José Luis López Sendón, del Hospital Universitario La Paz de Madrid, junto a los Jefes de Servicio de Oncología Médica, Rafael López, y Hematología, José Luis Bello, de Santiago.
La doctora López, junto a la doctora Amparo Martínez Monzonis del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago, va a realizar el taller 'Enséñame a medir el strain y la FEVI'. "Se trata de un taller orientado a describir el uso de las nuevas técnicas de cuantificación avanzada de función ventricular en la monitorización de los tratamientos oncológicos. El objetivo principal es facilitar el tratamiento del cáncer mediante una monitorización precisa y reproducible de la función ventricular, de modo que podamos detectar precozmente cambios subclínicos en la misma y que, al tratarlos, evitemos la retirada de fármacos oncológicos curativos, así como eventos cardiovasculares mayores", ha señalado la cardióloga.