BARCELONA, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Societat Catalana de Cirugía Plàstica Reparadora i Estètica (Sccpre) ha revelado que más de un 50% de las mujeres encuestadas alegaría motivos de salud para justificar los cambios que experimenta después de una intervención estética.
Solo un 9% lo explicaría sin tapujos a cualquier persona
La encuesta, que se ha realizado a pacientes de un centenar de cirujanos plásticos de Cataluña, ha revelado que al 44% les resultaría incómodo explicar que se ha sometido a una intervención de este tipo.
Sobre si explicarían que se han sometido a estas operaciones, el estudio ha desvelado que casi la mitad de los encuestados solo lo explicaría a su círculo más íntimo; asimismo, quienes se han sometido a más de una operación lo contarían a un círculo más amplio.
Estos porcentajes son superiores en el caso de las personas que se operan por primera vez. El 63% solo explicaría a su círculo íntimo que se realiza una intervención de este tipo y un 17% no se lo diría a nadie. Un 11% hablaría del tema con un círculo amplio y solo un 9% lo explicaría sin tapujos a cualquier persona.
Aun así, a medida que la gente se somete a más intervenciones estéticas, disminuye su reticencia a explicarlo. En este sentido, el 33% de los encuestados que se han operado más de una vez se lo diría a un círculo amplio y un 25% hablaría del tema con cualquiera. Solo un 7% afirma que no se lo explicaría a nadie.
VERGÜENZA DE ENSEÑAR AQUELLAS PARTES ANTES DE OPERAR
Según las mujeres encuestadas, un 33% declara que se opera por que sienten vergüenza de mostrar las partes del cuerpo que se intervienen, mientras que esta idea desciende al 7% en el caso de los hombres, quienes lo justifican como una mejora de su físico.
Sobre las reacciones que suscitan estas intervenciones quirúrgicas, la mayoría de las personas conciben esto como un acto frívolo, un 44% creen que la reacción mayoritaria es sorpresa, mientras que quienes aceptan y entienden esta decisión desciende al 32%; entre los hombres la percepción mayoritaria es tomárselo con naturalidad.
El presidente de la Sccpre, el doctor Manel Romaní, ha declarado que "no se acepta que alguien se haga una intervención estética", cuando ésta tiene beneficios personales al paciente, como la mejora en su autoestima. Este rechazo social viene acompañado, según Romaní, por la vergüenza de los pacientes "a decir que se han gastado dinero en una operación de cirugía estética".
“No deja de ser curioso que, todavía hoy en día, la especialidad de Cirugía Plástica tenga que ir justificándose, en cuanto a la vertiente estética, como si cargara con algún tipo de estigma. Cualquiera puede decir, con la cabeza alta, que ha tenido que operarse de apendicitis y todo el mundo le apoyará --explica--. Por el contrario, cuando alguien tiene un complejo con la forma de su nariz no está aceptado socialmente que se intervenga de estética, aunque el cambio le pueda suponer un aumento importante de su autoestima y seguridad”, añade.
“La gente todavía tiene vergüenza de decir que se ha gastado dinero en una operación de cirugía estética”, asegura Romaní. “Pero, en cambio, sí que explica, sin ningún reparo, que se ha ido de vacaciones al Caribe o que se ha comprado un coche caro; y la gente lo ve bien e, incluso, lo aplaude”.
Del mismo modo, el doctor Ignacio F. Sanza, que ha participado activamente en el estudio, indica que buena parte de los cirujanos plásticos de nuestro país también sufren este estigma y, frecuentemente, la gente que se quiere realizar una intervención estética se dirije a profesionales sin la acreditación correspondiente. ¿Verdad que una mujer que tiene problemas de menstruación irá al ginecólogo? Pues alguien que tiene las orejas separadas y se las quiere arreglar tendría que ponerse solo en manos de un profesional de esta especialidad”, afirma.