Las enfermedades en el pelo de los niños pueden crear ansiedad

Actualizado: lunes, 20 abril 2015 10:27

MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

   Las enfermedades en el pelo de los niños pueden crear ansiedad y una afectación de la calidad de vida aunque ocasiones se trate de un fenómeno banal como es el recambio folicular de otoño a primavera, según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Se trata de un motivo frecuente de consulta al dermatólogo.

   Sin embargo, en otras ocasiones esto puede ser la primera manifestación de una enfermedad grave como el hipotiroidismo, el lupus eritematoso, un déficit nutricional como una enfermedad inflamatoria intestinal o un déficit de zinc, o incluso un síndrome genético.

   Cada vez son más los nuevos tratamientos que se introducen para intentar combatir el cáncer en la infancia y la mayoría ocasiona la caída del cabello, además, esta caía del cabello también puede deberse a la relación que tenga el niño con su nutrición, y con los cambios hormonales de la adolescencia que suelen acompañarse de alteraciones del pelo como por ejemplo el síndrome de SAHA (seborrea, acné, hirsutismo y alopecia), según ha explicado la doctora Gloria Garnacho, responsable de la Unidad Pediátrica del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y miembro de la AEDV.

   Existen varios tipo de alopecias: las cicatriciales y las no cicatriciales: en las primeras existe una destrucción folicular y por tanto serán permanentes y no reversibles a igual que las congénitas, mientras que las segundas es posible su curación aunque muchas veces son muy difíciles de tratar.

   En cuanto a la franja de edad a la que suele afectar a los niños, depende del tipo de alopecia. "En los bebés o niños pequeños, las enfermedades más frecuentes del cabello son la Alopecia Occipital del recién nacido, la triangular o las displasias pilosas; en la infancia tardía y la adolescencia son frecuentes los efluvios anágenos y telógenos, la alopecia areata, la androgenética, las infecciones (tiñas inflamatorias), los traumatismos y tumores o la tricotilomanía", ha señalado la experta.

   En lo referente al tratamiento, este también varía dependiendo del tipo de alopecia. En los efluvios el tratamiento se aplica sobre la causa desencadenante. "Podemos utilizar suplementos ricos en cistina y vitaminas del grupo B para conseguir acortar el proceso. También podemos utilizar minoxidil al 2 por ciento tópico, potente agente que consigue frenar la caída e inducir la entrada del ciclo folicular en fase de crecimiento", ha explicado la doctora Garnacho.

   Sin embargo, en la alopecia areata se suelen utilizar corticoides tópicos y minoxidil cuando hay placas escasas y la sensibilización con difenciprona o corticoides en los casos más extensos, mientras que en la alopecia androgenética se utilizan anticonceptivos orales y minoxidil tópico, y en los varones, finasteride oral.

OTRAS AFECCIONES PROPIAS EN LOS NIÑOS

   Otras de las enfermedades muy comunes en los niños es la dermatitis atópica y los hemangiomas infantiles, afectando la primera al 10-20 por ciento de los niños españoles, y la segunda entre un 4 y un 10 por ciento respectivamente.

   En cuanto a la dermatitis atópica, su incidencia es mayor en las áreas urbanas, afecta más a las niñas y suele iniciarse antes de los 5 años con signos de sequedad de la piel, placas enrojecidas y picor. Para tratar esto es fundamental hidratar la piel y evitar el contacto con algunos irritantes.

   Sin embargo, en los casos "leves a moderados, puede ser necesario el uso de corticoides o inmuno-moduladores tópicos, mientras los casos severos pueden requerir terapias sistémicas que incluyen la fototerapia, y algunos medicamentos inmunosupresores", ha explicado la jefa de la Unidad de Dermatología Pediátrica del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y miembro de la AEDV, Eulalia Baselga.

   Los hemangiomas infantiles constituyen el tumor benigno más frecuente de la infancia y se manifiesta con lesiones redondas u ovaladas de color rojo intenso. En este caso, generalmente no se necesita tratamiento pero entre un 10 y un 20 por ciento requiere intervención terapéutica por causa estética o por ulceraciones dolorosas.