MADRID, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las carillas son una fina lámina que se adhiere a la parte externa del diente ocultando posibles manchas, rellenando huecos interdentales y restaurando piezas dañadas, hoy en día el 3,3 por ciento de los adultos las utilizan como solución estética, según los datos del 'Estudio Sanitas de Salud Bucodental 2017'.
De esta manera, las carillas se posicionan como una de las mejores opciones a la hora de corregir defectos en la dentadura, ya que se pueden utilizar incluso para agrandar un diente pequeño, unificar formas o arreglar dientes erosionados o fracturados.
Una de las mayores ventajas que ofrecen es la rapidez del tratamiento, en el que se obtienen beneficios con pocas sesiones. En el caso de las carillas de composite, se pueden colocar en una sesión, las de porcelana en dos o tres, informan desde Sanitas.
Hoy en día estas piezas no conllevan problemas de naturalidad para los portadores gracias a la variedad de colores que ofrecen los materiales de los que están realizadas, así las carillas permiten conseguir un tono prácticamente idéntico a los dientes originales.
De igual forma, como consecuencia de la evolución en este área, las piezas actuales son duraderas, de manera que pueden permanecer, aproximadamente, 20 años adheridas al diente, en el caso de las de porcelana, y entre cinco y siete las de composite. Sin embrago, en el caso de que se estropeen o erosionen, las carillas pueden restaurarse (composite) o retirarse para colocar unas nuevas (porcelana).
Además, esta técnica de embellecimiento no daña el diente ni su esmalte, ya que se pegan mediante una resina especial. En el caso de las carillas de porcelana, solo se raspa mínimamente la capa del esmalte para poder pegarlas. Por estos motivos, el tratamiento no conlleva dolor, en algún caso puede producir una pequeña molestia, momento en el que se suele administrar anestesia local para que el proceso sea más tranquilo.
Debido a la variedad de opciones, existen precios en el mercado para todos los bolsillo, las carillas de composite son más asequibles, las de porcelana tienen un coste un poco más elevado, fundamentalmente por su larga duración. Como añadido a todas las características anteriores, estas piezas acostumbran a mejorar la autoestima de los portadores, a quienes les permite sonreír o hablar sin sentirse incómodos.
¿QUÉ MATERIAL ESCOGER?
Existen dos tipos de carillas dentales en función del material en el que están construidas. Las de composite se elaboran con una resina sintética similar a la que se usa para realizar empastes, indistinguible a simple vista de un diente natural. Las de porcelana se realizan con cerámica.
En palabras de la odontóloga de la Dirección Asistencial de Sanitas Dental, Manuela Escorial "las primeras se recomiendan para pacientes que requieren modificaciones leves en sus dientes, ya sea para corregir pequeñas alteraciones de forma, de color o de tamaño". Mientras que las segundas "se recomiendan si el paciente necesita carillas para varias piezas".
A su vez la odontóloga advierte del peligro del tratamiento para pacientes con bruxismo, "siempre será necesario estudiar el caso de forma global, ya que existe un mayor riesgo de fractura, por lo que la colocación de una férula de descarga será primordial". Asimismo, "en pacientes con casos de apiñamiento severo, antes de ponerse carillas deberán tener en cuenta un tratamiento de ortodoncia previo", explica.