MADRID, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
Los chicles y golosinas, las frutas maduras con hueso, los frutos secos o la carne fibrosa son algunos de los alimentos que es mejor evitar en caso de llevar ortodoncia, especialmente brackets, según ha asegurado la odontóloga de la Dirección Asistencial de Sanitas Dental, Manuela Escorial.
Y es que, el consumo de estos alimentos puede, además de hacer saltar el bracket retrasando así la finalización del tratamiento, perjudicar enormemente la higiene bucodental. Además, otras comidas como el pan tostado, las galletas o los bocadillos también interfieren en la salud de la cavidad bucal, ya que son alimentos que se adhieren al aparato dental o que tienen una gran propensión a quedarse en los recovecos de dientes y muelas, por lo que resultan muy difíciles de eliminar.
En algunos casos, donde los pacientes llevan aparatología fija, puede estar indicado el uso de un enjuague rico en flúor tras el decisivo cepillado nocturno. A esto hay que sumar que, según el 'Estudio de Salud Bucodental de Sanitas', el 53 por ciento de los adultos en España no se cepilla los dientes después de cada comida, que el 34 por ciento no utiliza hilo dental y que el 68 por ciento nunca usa el irrigador.
Además, la mitad de los encuestados asegura que su incorrecta higiene bucodental se debe a la falta de hábito, algo que es necesario corregir, sobre todo, en aquellas personas que llevan ortodoncia. En cualquier caso, la experta ha recordado que llevar ortodoncia no implica realizar un cambio en la dieta, sino tomar algunas precauciones.
Entre ellas, ha destacado la importancia de la higiene diaria; utilizar Utilizar complementos especiales; evitar tanto los alimentos duros o difíciles de comer como todas aquellas conductas que puedan romper, despegar o torcer los brackets o los arcos de estos; y tomar ciertos alimentos como la manzana o la zanahoria en trozos cortados previamente en lugar de a mordiscos.
Finalmente, ha aconsejado acudir periódicamente a las revisiones para el ajuste del aparato dental, la supervisión de la evolución del tratamiento y acceder a una limpieza más profunda que elimine los restos que el usuario no haya podido quitar. "Saltarse estas revisiones, además de alargar el tratamiento, puede implicar posibles problemas dentales", ha zanjado.