MADRID, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado por Alain Alsalhani, experto en vacunas de la Campaña de Acceso a Medicamentos de Médicos Sin Fronteras, y Achal Prabhala, coordinador del proyecto AccessIBSA, ha identificado 120 fabricantes farmacéuticos de Asia, África y América Latina que reúnen el potencial para producir vacunas ARNm, si Moderna, Pfizer y BioNTech transfirieran la tecnología y el conocimiento.
Ni una sola de estas empresas se ha unido a las iniciativas lideradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la plataforma de Acceso Mancomunado a la Tecnología contra la COVID-19 (C-TAP) y el centro de transferencia de tecnología de las vacunas de ARN mensajero contra la COVID-19, para poner en común y compartir la propiedad intelectual.
"A medida que nos enfrentamos a variantes en constante evolución y a otros virus nuevos que pueden surgir, las vacunas de ARNm ofrecen una gran ventaja para salvar vidas si Moderna y Pfizer-BioNTech compartieran la tecnología con el resto del mundo", afirma Alain Alsalhani.
La plataforma de vacunas de ARNm permite una rápida modificación de las vacunas contra las nuevas variantes y tiempos de producción relativamente cortos. En el escenario probable de que el virus de la COVID-19 continúe mutando en nuevas variantes de preocupación, el acceso distribuido geográficamente a la tecnología de vacunas de ARNm en todo el mundo permitiría una rápida adaptación de la vacuna y una respuesta dirigida a las necesidades locales.
Por este motivo, y ante la falta de vacunas en países de ingresos bajos, afirman que los Gobiernos de Estados Unidos y Alemania deben tomar todas las medidas a su alcance para garantizar que los fabricantes de la vacuna COVID-19 transfieran la tecnología a productores con capacidades.
MSF también insta a todos los gobiernos a apoyar de forma financiera y política el Centro de Transferencia de Tecnología de Vacunas de ARNm contra la COVID-19 de la OMS, a respaldar la propuesta de exención de los ADPIC en la Organización Mundial del Comercio (OMC) para renunciar a los monopolios de propiedad intelectual en todas las vacunas, pruebas, tratamientos y otras herramientas médicas contra la COVID-19 durante la pandemia; y a utilizar todas las herramientas legales y políticas para facilitar la producción ininterrumpida y la diversidad en el suministro de herramientas médicas contra la COVID-19.