MADRID, 26 May. (EUROPA PRESS) -
La infección por el virus Zika pasa eficientemente de un mono embarazado a su feto, propagando daño inflamatorio a través de los tejidos que sostienen al feto y al sistema nervioso en desarrollo del feto, y sugiere una amenaza más amplia en embarazos humanos de lo que generalmente se aprecia, según una nueva investigación.
Científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos, infectaron a cuatro monos macacos rhesus embarazados en el Centro Nacional de Investigación de Primates de Wisconsin con una dosis de virus Zika similar a la que se transferiría a través de una picadura de mosquito y encontraron evidencia de que el virus estaba presente en el feto de cada mono.
"Es un nivel muy alto --100 por ciento de exposición-- del virus al feto, junto con la inflamación y lesión tisular en un modelo animal que refleja la infección en los embarazos humanos muy de cerca", dice Ted Golos, fisiólogo de la reproducción y profesor de Biociencias Comparadas y Obstetricia y Ginecología en UW-Madison. "Si la microcefalia es la punta del iceberg para los bebés infectados durante el embarazo, el resto del iceberg puede ser más grande de lo que imaginamos", añade.
Los investigadores de UW-Madison, junto con colaboradores de la Universidad de Duke y la Universidad de California, Davis, todas ellas instituciones de enseñanza superior en Estados Unidos, detallan los hallazgos de su estudio sobre embarazos infectados con Zika en un artículo que se publica este jueves en la revista 'Plos Pathogens'. Su trabajo, financiado por los Institutos Nacionales de Salud, siguió los embarazos infectados en el primer o tercer trimestre, evaluando regularmente la infección materna y el desarrollo fetal y examinando el grado de infección en el feto cuando las gestaciones llegaban a término.
Tres de los fetos infectados tenían cabezas pequeñas, pero no tan pequeñas en relación con la normalidad para cumplir el estándar humano para diagnosticar la microcefalia, que es el resultado más llamativo y ampliamente discutido de la infección por Zika, ya que los médicos brasileños despertaron la alarma en 2014 cuando detectaron que en muchos bebés se había detenido el desarrollo del cerebro. El nuevo estudio no encontró desarrollo anormal del cerebro, pero los investigadores descubrieron inflamación inusual en los ojos fetales, en las retinas y nervios ópticos, en los embarazos infectados durante el primer trimestre.
"Nuestros ojos son básicamente parte de nuestro sistema nervioso central, el nervio óptico crece a justo fuera del cerebro fetal durante el embarazo --describe la investigadora Kathleen Antony, profesora de Medicina Fetal Materna en UW-Madison--. Por lo tanto, tiene sentido ver este daño en los monos y en el embarazo humano, problemas como atrofia coriorretiniana o microftalmía en la que todo el ojo o partes del ojo simplemente no crecen hasta el tamaño esperado".
Las similitudes entre los embarazos de mono y las complicaciones reportadas en los embarazos humanos afectados por Zika, establecen además la infección de Zika en monos como una forma de estudiar la progresión de la infección y los problemas de salud asociados en las personas.