Vinculan el consumo de ultraprocesados con mayor actividad inflamatoria en la esclerosis múltiple temprana

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Archivo - Mesa con comida, sopa, salsa, fristos, pasta, hamburguesa, patatas - TATSIANA VOLKAVA/ ISTOCK - Archivo
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Publicado: jueves, 25 septiembre 2025 7:52

   MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -

    Una mayor ingesta de alimentos ultraprocesados (UPF) puede exacerbar la actividad de la enfermedad en la esclerosis múltiple (EM) temprana, según una nueva investigación de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard (Estados Unidos).

   Tal y como presentan sus investigadores en el 41º Congreso del Comité Europeo para el Tratamiento y la Investigación en Esclerosis Múltiple (ECTRIMS 2025), celebrado en Barcelona, según este trabajo, un mayor consumo de UPF está relacionado con recaídas más frecuentes y una mayor actividad de las lesiones detectadas por resonancia magnética, lo que destaca el papel potencial de la dieta como estrategia complementaria en el manejo de la enfermedad.

   El estudio, dirigido por la doctora Gloria Dalla Costa, neuróloga e investigadora de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, analizó datos de 451 pacientes con síndrome clínicamente aislado (la primera presentación clínica de la EM) que participaron en el ensayo BENEFIT y fueron seguidos durante un máximo de cinco años.

Se aplicó a muestras plasmáticas basales una firma metabolómica previamente validada de la ingesta de UPF, compuesta por 39 metabolitos plasmáticos desarrollados por colegas de Harvard, para calcular las puntuaciones individuales de UPF.

   Si bien las puntuaciones UPF no se asociaron con la conversión a EM clínicamente definida, las puntuaciones más altas al inicio se vincularon con un mayor volumen de lesión hipointensa en T1, indicativo de daño tisular más grave, y puntuaciones más bajas de función neurológica. Durante el seguimiento de cinco años, los participantes en el cuartil UPF más alto experimentaron aproximadamente un 30% más de recaídas que los del cuartil más bajo.

   A los dos años, también presentaron una mayor tasa de nuevas lesiones activas, lo que representa una inflamación continua, y un mayor aumento del volumen de las lesiones en T2, un indicador de la acumulación de cambios tisulares. Estas asociaciones se mantuvieron significativas tras ajustar por edad, sexo, asignación al tratamiento, carga de enfermedad inicial, IMC, vitamina D y tabaquismo.

   "Este patrón sugiere que los alimentos ultraprocesados actúan como un acelerador inflamatorio crónico en lugar de un desencadenante de la enfermedad, amplificando los procesos inflamatorios existentes en la EM en lugar de determinar si alguien desarrolla la enfermedad en primer lugar", subraya Dalla Costa.

   "Los mecanismos biológicos que subyacen a este efecto podrían implicar la alteración de la barrera intestinal por aditivos como emulsionantes y conservantes, lo que puede permitir que las endotoxinas bacterianas entren en el torrente sanguíneo y desencadenen una activación inmunitaria que llega al cerebro", explica. "El aumento de ceramidas y la modificación de lípidos sugieren que el consumo de UPF también podría alterar la composición de la membrana, haciendo que la mielina (la capa aislante que rodea los nervios) y las células que la producen sean más vulnerables a los ataques autoinmunes".

   Además, indicadores de estrés metabólico, como los niveles elevados de C4-OH carnitina, indican una producción celular deficiente de energía, lo que limita la capacidad del cerebro para resistir y reparar el daño durante los episodios inflamatorios. En general, nuestros hallazgos sugieren que el consumo de UPF crea una cascada de alteraciones biológicas que amplifican la actividad inflamatoria de la EM.

   Al analizar las implicaciones clínicas de los hallazgos, Dalla Costa declara: "Recomiendo la reducción del UPF como una valiosa estrategia de apoyo para el tratamiento temprano de la EM. Al igual que con la suplementación con vitamina D o los consejos para dejar de fumar, no se trata de reemplazar las terapias establecidas, sino de complementarlas. Es una intervención de bajo riesgo y potencialmente muy beneficiosa".

   De cara al futuro, el equipo planea replicar estos resultados en otras cohortes de EM, integrar el análisis del microbioma y diseñar estudios de intervención. "Estamos finalizando un manuscrito completo que proporcionará la base empírica necesaria para fundamentar las guías de práctica clínica y sentar las bases para futuros estudios de intervención dietética", concluye Dalla Costa.

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