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Actualizado: viernes, 29 julio 2022 21:35


MADRID, 29 Jul. (EUROPA PRESS) -

Las actividades físicas y mentales, como las tareas domésticas, el ejercicio y las visitas a familiares y amigos, pueden ayudar a reducir el riesgo de demencia, según un nuevo estudio publicado en la edición online de 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología. El estudio analizó los efectos de estas actividades, así como las actividades mentales y el uso de dispositivos electrónicos en personas con y sin mayor riesgo genético de demencia.

"Muchos estudios han identificado factores de riesgo potenciales para la demencia, pero queríamos saber más sobre una amplia variedad de hábitos de estilo de vida y su papel potencial en la prevención de la demencia --recuerda el autor del estudio Huan Song, de la Universidad de Sichuan, en China--. Nuestro estudio descubrió que el ejercicio, las tareas domésticas y las visitas sociales estaban relacionadas con un menor riesgo de varios tipos de demencia".

En el estudio participaron 501.376 personas de una base de datos del Reino Unido sin demencia con una edad media de 56 años. Los participantes rellenaron cuestionarios al principio del estudio, incluido uno sobre actividades físicas. Se les preguntó con qué frecuencia participaban en actividades como subir un tramo de escaleras, caminar y participar en deportes extenuantes. También se les preguntó sobre las tareas domésticas, las actividades relacionadas con el trabajo y el tipo de transporte que utilizaban, incluyendo ir a pie o en bicicleta al trabajo.

Los participantes completaron otro cuestionario sobre actividades mentales. Se les preguntó por su nivel educativo, si asistían a clases de educación para adultos, con qué frecuencia visitaban a sus amigos y familiares, acudían a bares o clubes sociales o a grupos religiosos, y con qué frecuencia utilizaban dispositivos electrónicos como juegos de ordenador, ver la televisión y hablar por teléfono.

Además, los informaron de si tenían algún familiar directo con demencia. Esto ayudó a los investigadores a determinar si tenían un riesgo genético de padecer la enfermedad de Alzheimer. Los participantes en el estudio fueron seguidos durante una media de 11 años. Al final del estudio, 5.185 personas habían desarrollado demencia.

Tras ajustar múltiples factores como la edad, los ingresos y el tabaquismo, los investigadores descubrieron que la mayoría de las actividades físicas y mentales estudiadas mostraban vínculos con el riesgo de demencia. Es importante destacar que los resultados se mantienen después de considerar las altas correlaciones e interacciones de estas actividades. Las personas que estaban muy comprometidas con patrones de actividad que incluían ejercicios frecuentes, tareas domésticas y visitas diarias a familiares y amigos tenían un 35%, 21% y 15% menos de riesgo de demencia, respectivamente, en comparación con las personas que estaban menos comprometidas con estos patrones de actividad.

Los investigadores también examinaron las tasas de incidencia de la demencia según los patrones de actividad identificados. La tasa en las personas que hacían ejercicio con frecuencia era de 0,45 casos por cada 1.000 años-persona, en comparación con los 1,59 de las personas que rara vez hacían ejercicio. Los años-persona tienen en cuenta el número de personas en un estudio, así como la cantidad de tiempo invertido en el mismo. Las personas que realizaban tareas domésticas con frecuencia tenían una tasa de 0,86 casos por cada 1.000 personas-año, en comparación con 1,02 para las personas que rara vez realizaban tareas domésticas. Las personas que visitaban a la familia a diario tenían una tasa de 0,62 casos por cada 1.000 personas-año, frente a los 0,8 casos de quienes sólo visitaban a los amigos y familiares una vez cada varios meses.

"Nuestro estudio ha revelado que si las personas participan con más frecuencia en actividades físicas y mentales saludables pueden reducir su riesgo de demencia --resalta Song--. Se necesitan más investigaciones para confirmar nuestros hallazgos. Sin embargo, nuestros resultados son alentadores en cuanto a que hacer estos sencillos cambios en el estilo de vida puede ser beneficioso", ya que los investigadores descubrieron que todos los participantes se beneficiaron del efecto protector de las actividades físicas y mentales, tuvieran o no antecedentes familiares de demencia.

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