MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
Uno de los pocos tumores que mantiene sus elevadas cifras de mortalidad es el cáncer de páncreas y uno de sus motivo es la falta de detección precoz, señalan desde la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD), con motivo del Día Internacional contra el Cáncer de Páncreas, que se celebra este jueves.
No obstante, la reducción de los factores de riesgo modificables, especialmente el consumo tabaco, ha sido clave en el cambio de tendencia en las generaciones menores de 50 años. "Estos resultados suponen un giro esperanzador en uno de los tumores con mayor mortalidad, y ofrecen información clave para orientar las estrategias de prevención y los programas de cribado dirigidos a las personas con mayor riesgo", señala el doctor Conrado Fernández, editor el especialista en aparato digestivo en el Hospital Fundación Alcorcón de Madrid.
Según las conclusiones del artículo 'Cambio de tendencia en la incidencia del cáncer de páncreas entre generaciones en España', publicado recientemente en la 'Revista Española de Enfermedades Digestivas' (REED), los casos de cáncer de páncreas diagnosticados en España prácticamente se han duplicado en las últimas tres décadas, aumentando de 3.970 en 1992 a 7.830 en 2021.
Eso sí, desde 2018, las tasas de incidencia ajustadas por edad (es decir, un indicador que corrige las diferencias de edad entre poblaciones para comparar la incidencia de la enfermedad) muestran una tendencia descendente. Este cambio está relacionado con el impacto de las políticas públicas de salud, especialmente de las medidas antitabaco, y con las modificaciones en los hábitos de vida de las generaciones más jóvenes.
Aunque entre las generaciones más jóvenes la incidencia muestra una tendencia a la baja, en las mayores continúa siendo notablemente más elevada. Además, el número total de casos sigue aumentando, debido principalmente al envejecimiento progresivo de la población española. Este escenario hace imprescindible reforzar tanto las estrategias de prevención como los programas de detección precoz y cribado en grupos de riesgo.
En este sentido, recomiendan en adultos mayores realizar pruebas genéticas a individuos con antecedentes familiares de cáncer de páncreas, o que hayan recibido el diagnóstico antes de los 50, con el fin de identificar posibles factores de riesgo genéticos. En los grupos más jóvenes, la recomendación es, por un lado, impulsar el cribado genético, y por otro, reducir la exposición a factores de riesgo modificables en etapas tempranas de la vida, especialmente el consumo de tabaco, la obesidad y la diabetes.
SOBRE TODO SE ORIGINA EN MAYORES DE 60 AÑOS
El cáncer de páncreas se origina en las células pancreáticas y suele diagnosticarse en personas de más de 60 años, con una ligera mayor frecuencia en hombres que en mujeres. Aunque no se encuentra entre los tumores más comunes, sí es uno de los más agresivos, "fundamentalmente porque el diagnóstico suele ser tardío", explica la doctora Ana García García de Paredes, editora asociada de la REED, experta de la SEPD y especialista en aparato digestivo en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.
García señala que la detección precoz es clave, aunque puede ser complicada. Esto se debe a que el tumor no suele producir síntomas cuando se encuentra en etapas iniciales. Cuando, en fases algo más avanzadas, comienza la sintomatología, esta suele incluir "molestias digestivas inespecíficas, dolor abdominal que se irradia a la espalda, ictericia (coloración amarillenta de la piel y mucosas), pérdida de peso sin causa aparente, falta de apetito, cansancio o náuseas".
El principal factor de riesgo es el tabaco, responsable "de hasta un tercio de los casos". Otros factores son la obesidad, el consumo de alcohol, las dietas ricas en carnes procesadas y la diabetes de larga evolución. Un porcentaje reducido de los casos se debe a una predisposición genética, ya sea por ciertas mutaciones en genes o por la presencia de varios casos de páncreas u otros tumores en la misma familia.