MADRID 15 Jul. (EUROPA PRESS) -
En los últimos meses ha habido un repunte en el uso de mascarillas y guantes necesario para proteger la salud y evitar contagios por la COvid-19, lo que ha llevado a recordar a la directora de RSC de Sanitas, Catherine Cummings, que "el desecho irresponsable de los mismos puede dañar el medio ambiente y perjudicar la salud del planeta, lo que finalmente acabará perjudicando también nuestra propia salud".
El material sanitario cuenta con una normativa específica en cuanto a desecho y reciclaje que habitualmente es aplicado por los propios centros médicos, ya que una mala gestión de estos residuos puede desembocar en infecciones u otro tipo de efectos tóxicos.
En este sentido, es preciso que, junto al aumento del uso de, por ejemplo, mascarillas en los hogares, se conozca el procedimiento concreto para tirarlas. Así, según el Ministerio de Sanidad, tanto mascarillas como guantes, deberían desecharse en el contenedor de restos, junto a, por ejemplo, pañales, compresas, colillas o polvo.
Según un estudio de la organización de conservación de medio ambiente WWF se calcula que, si el 1% de las mascarillas que se utilizan se desecharan mal, terminaríamos teniendo 10 millones de mascarillas al mes contaminando el medio ambiente.
Además, respecto a la gestión adecuada de guantes y mascarillas una vez usados, "debemos tener cuidado especialmente si pertenecen a una persona contagiada por COVID-19 o está bajo vigilancia por contacto próximo de COVID-19. De lo contrario, pueden suponer un riesgo de contagio para los demás", explica la doctora Rosana Rouco, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Sanitas CIMA.
Por eso, como medida extra, recuerda, "hay que desecharlos en una bolsa separada, se recomienda emplear un cubo de basura específico para aislar al máximo los elementos contagiosos y proteger así la salud del resto de la familia.