MADRID 28 Dic. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad de Oxford (Reino Unido) creen que vestigios de la evolución humana podrían explicar la frecuencia de muchos dolores como los de cadera, rodilla u hombros, y de hecho creen que esto podría hacer que en el futuro fueran incluso más habituales.
En su trabajo analizaron muestras de 300 individuos de hace 400 millones de años para ver cómo los huesos han ido cambiando sutilmente con el tiempo, en especial a medida que el ser humano comenzó a andar erguido sobre sus dos piernas.
"Vemos con frecuencia molestias por un hombro que se sube hacía arriba, dolor en la parte delantera de la rodilla o artritis, e incluso gente joven a la que algunas articulaciones se les salen del sitio", según ha explicado a la BBC Paul Monk, autor de este estudio, que por ello pensó que lo mejor para indagar en el origen de este problema era analizar la anatomía de nuestros antepasados.
Para ello, realizaron escáneres detallados de restos óseos de unos 300 individuos guardados en el Museo de Historia Natural en Londres y en el Museo Smithsonian de Washington (Estados Unidos). Al juntar todos los datos, pudieron crear una biblioteca de modelos en 3D e identificar cambios en las formas de distintos huesos a través de millones de años.
A medida que las especies pasaron de moverse sobre cuatro piernas a ir sobre dos, por ejemplo, los investigadores dicen que el llamado cuello femoral se hizo más ancho para poder soportar el peso adicional.
Y los estudios muestran que cuanto más ancho es el cuello femoral, más probabilidades hay de desarrollar artritis, lo que puede ser una razón de que los humanos sean susceptibles a sufrir tanto dolor de cadera.
Asimismo, el equipo usó sus datos para intentar recrear cómo serán los huesos humanos dentro de unos 4.000 años, aunque admiten que hay muchas incertidumbres que no pueden ser tenidas en cuenta hoy en día.
"Lo interesante es que si intentamos trasladar estas tendencias hacia el futuro, la forma que viene es la de un cuello todavía más ancho, y por lo tanto una evolución hacia más y más artritis", ha explicado Monk.
En el hombro, los científicos vieron que el hueco natural por el que pasan normalmente los vasos sanguíneos y los tendones, ha ido estrechándose a lo largo del tiempo. Y eso hace que sea más difícil para los tendones moverse, y puede ayudar a explicar por qué algunas personas sienten dolor cuando estiran el brazo hacia arriba.
Con estas predicciones, los investigadores sugieren que los reemplazos de articulaciones en el futuro tendrán que ser rediseñados para acomodar estos cambios en las formas.