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LONDRES, 12 May. (Reuters/EP) -
El consumo de alcohol causa más de tres millones de fallecimientos en el mundo, bien por un cáncer bien por un acto violento derivados de su consumo, según datos relativos a 2012 recabados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que pide a los Gobiernos nacionales seguir trabajando para frenar estas fatales consecuencias.
"Aún queda mucho por hacer para proteger a la población de las consecuencias negativas para la salud del consumo de alcohol (...) No hay lugar para la complacencia", ha reconocido Oleg Chestnov, experto de la OMS sobre enfermedades crónicas y salud mental durante la presentación de un informe que muestra como el consumo excesivo de alcohol causa más muertes en hombres y aumenta el riesgo de desarrollar más de 200 enfermedades.
En concreto, el citado informe de este organismo de Naciones Unidas revela que la población de más de 15 años bebe una media de 6,2 litros de alcohol puro por año, pero algo menos de la mitad de la población (38,3%) bebe una media de 17 litros al año. Y hasta un 16 por ciento de los bebedores dicen recurrir al consumo ocasional pero mediante atracones.
A nivel mundial, Europa es el mayor consumidor de alcohol por persona y algunos países tienen tasas particularmente altas. De hecho, un estudio publicado a principios de este año detectó que una cuarta parte de todos los hombres rusos mueren antes de llegar a los 50 años, en parte por beber en exceso, y había casos que decían beber más de tres botellas de vodka a la semana.
Además, las comparativas con años anteriores muestran como la tendencia se mantiene estable en Europa, África y América, mientras que el consumo aumenta en Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental.
La población con menos recursos es generalmente la más afectada por las consecuencias sociales y sobre la salud del consumo de alcohol, y que "suelen carecer o estar menos protegidas por sus familias o por la comunidad".
Pese a todo, algunos países ya están tomando medidas para proteger a las personas del consumo de alcohol, bien mediante subidas de impuestos, aumentando la edad de consumo o compra y regulando su compra.
La OMS recuerda que debería haber más países que desarrollaran acciones similares, y pide también insistir en los riesgos que puede suponer para la salud y determinar quién puede necesitar una intervención más prioritaria.